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Los vecinos organizan la vigilancia de un edificio amenazado de ruina

El pleno de Horta-Guinardó ha acordado que comunicaría la fecha y lugar del realojo

Vecina del inmueble de Santa Rosalía 91.
Vecina del inmueble de Santa Rosalía 91.Gianluca Battista

El pleno extraordinario de regidores y vecinos del distrito de Horta-Guinardó, celebrado ayer por la tarde, acordó que comunicaría pronto la fecha y lugar del realojo en viviendas sociales para las 50 personas desalojadas de un edificio en mal estado, en el número 91 de la calle Santa Rosalía del barrio de la Teixonera (Barcelona). La reunión fue convocada con el fin de encontrar una solución para los vecinos, que tuvieron que abandonar el inmueble el pasado 17 de octubre, exigir un servicio de vigilancia 24 horas de la vivienda por si se dieran posibles hurtos u ocupaciones de la misma y ofrecer guardamuebles para los afectados, entre otras cosas.

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Hace ya casi un mes que los vecinos desalojados están viviendo en un hotel y hace seis días que se turnan para vigilar el edificio, por miedo a que les roben todas sus cosas. El Ayuntamiento dejó de prestar el servicio de protección y en su lugar puso tres alarmas en diferentes partes del condominio que, según los vecinos, son insuficientes.

Las propuestas planteadas el 23 de octubre ante la Comisión de Hábitat Urbano para la expropiación definitiva del edificio, el establecimiento de vigilancia permanente de la casa hasta que se llegue a un acuerdo y el realojo de las personas, aún no se han hecho efectivas. Tampoco se han concretado fechas, ni aportado información clara sobre la problemática y sus soluciones a todos los afectados.

Dentro de algunas de las 31 casas que conforman el edificio se han tenido que colocar puntales porque las vigas están muy deterioradas

Nadie tiene la certeza de si los vecinos van a ser realojados permanentemente en otras viviendas o si van a poder regresar a sus hogares. Los diagnósticos sobre el estado del edificio realizados por diferentes técnicos, no aclaran si existe la posibilidad de rehabilitación o si de lo contrario, debe procederse al derrumbamiento. Dentro de algunas de las 31 casas que conforman el edificio de dos plantas más el sótano, se han tenido que colocar puntales porque las vigas están muy deterioradas. Claudio Banchelli, presidente de la comunidad de vecinos, asegura que “esto es una casa humilde, prácticamente autoconstruida. Cuando tenían dinero, los vecinos, iban haciendo los sótanos, arreglando muros y vigas por su cuenta”.

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Desde que el domingo 2 de noviembre el Gobierno decidiera suspender el servicio de vigilancia de la Guardia Urbana, los habitantes de Santa Rosalía 91 siguen gestionando la casa “por su cuenta”, organizándose en grupos para custodiarla. Cada tres horas se hace el cambio de turno y otros vecinos suplen a los anteriores. “Las noches han sido fatales. Estamos todos resfriados. A veces, un vecino nos dejaba su coche para meternos dentro cuando hacía frío. Otros nos bajaban café y comida caliente, hemos estado muy arropados por la gente del barrio”, recuerda Banchelli.

Desde que el Gobierno  suspendió el servicio de vigilancia, los habitantes de Santa Rosalía 91 gestionan la casa “por su cuenta”

En el pleno de ayer, regidores del distrito de diversos partidos políticos como el PSC, PP o Iniciativa per Catalunya, criticaron la actuación de la regidora de CiU ante la dura situación de las personas de Santa Rosalía, y preguntaron por qué el Ayuntamiento no ha contratado vigilancia privada para proteger la finca, como sí suele hacer para las viviendas públicas que están vacías con una inversión de 1,2 millones de euros. Uno de los vecinos que intervino en la reunión subrayó: “Mi jubilación es ese piso. Es lo único que tengo”.

Esta mañana varias familias han acudido a sus casas para recoger sus muebles y objetos personales, entre ellos Banchelli: “Nosotros lo tenemos todo dentro, todo. Los ladrones pueden entrar fácilmente por el descampado que hay atrás”.

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