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Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Amado Granell, de la Nau al Instituto Francés

El combatiente valenciano, liberador de París, dará nombre a un espacio en la institución cultural y educativa francesa

El embajador de Francia en España, Jérôme Bonnafont, pasará dos días en Valencia donde tiene previsto desarrollar una apretada agenda que se abre con una conferencia el martes en la Universidad de Valencia y se cierra el miércoles con un acto de justicia poética, la inauguración de la plaza Amado Granell. Entre ambos eventos, el embajador, que es un enarca (alto funcionario surgido de la prestigiosa ENA, Escuela Nacional de Administración) con un amplio currículo que pasa por la embajada en la India y la portavocía del Elíseo en la última etapa de Jacques Chirac al frente de la Republique, mantendrá también reuniones en la Cámara de Comercio y visitará a las autoridades locales.

La conferencia que Bonnafont imparte en la Nau lleva por título Europa un proyecto de paz después de las guerras mundiales y coincide con el centenario del comienzo la primera y el setenta aniversario de la Liberación de París en las postrimerías de la segunda. Entre ambos conflictos tuvo lugar la Guerra de España que como es sabido tuvo mucho que ver con la Liberación de la capital francesa. En efecto, si el embajador cruza el claustro de la antigua universidad, podrá ver la exposición “Stanbrook, 1939. El exilio republicano hacia el norte de África” que narra el viaje desde Alicante a Oran en un pequeño barco de 2.638 personas que huían de las tropas franquistas. Pues bien, algunos de estos soldados de la República Española se incorporaron a las tropas francesas de De Gaulle y entre ellos, el teniente Amado Granell, el héroe valenciano que liberó París, al ser el primer oficial de la División Leclerc (también conocida como La Nueve) en llegar al Ayuntamiento de la capital francesa y liberarla de los nazis. La historia de esos soldados republicanos era mal conocida hasta que la reconstruyó la periodista Evelyn Mesquida, que el próximo jueves presentará en el Instituto Francés de Valencia su libro La Nueve. Los españoles que liberaron París. El viernes, también en el Instituto Francés, Paco Roca, dedicará ejemplares de su álbum “Los surcos del azar”, un cómic en el que narra la epopeya de estos antifascistas. Y el miércoles, eje de esta semana de homenajes a La Nueve, el embajador Bonnafont descubrirá, en el patio interior del Instituto Francés, una placa azul con el nombre de Place Amado Granell en letras blancas sobre fondo azul y en la parte superior, donde normalmente aparece el número del distrito de París, 2eDB, el decir la 2ª División Blindada, a la que pertenecía la columna que comandaba Granell.

Sin duda esta plaza honoraria dedicada a Amado Granell es una iniciativa modesta y a muchos nos hubiera gustado que se le hubiera dedicado una plaza pública, o una calle en nuestra ciudad, algo imposible mientras siga al frente de su ayuntamiento un personaje como Rita Barberá, que se ha negado a retirar nombres de calles a algunos redomados fascistas. Tal vez en un futuro próximo la alcaldesa de París, Anne Hidalgo, que siempre acude a los encuentros de los viejos republicanos españoles en París, consiga que, fruto de alguna remodelación en el colmatado anillo interior de la capital, el espacio urbano resultante pueda llevar el nombre de Amado Granell. Un hombre, que en cinco años pasó de salir derrotado del puerto Alicante a entrar victorioso en París, pero que tuvo que esperar setenta años para recorrer los apenas mil metros que separan el edificio de la Nau del Instituto Francés. Los mil metros que unen el reconocimiento a la memoria del exilio y de la liberación.

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