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Alivio en el PP por la renuncia de Currás a seguir como concejal

Feijóo y Negreira saludan la decisión del exalcalde compostelano como "oportuna"

Ángel Currás y Agustín Hernández
Ángel Currás y Agustín HernándezÓscar Corral

Diez días ha tardado el exalcalde de Santiago Ángel Currás en dejar su puesto de concejal después de que el pasado 30 de octubre el presidente de la Xunta y del PP gallego, Alberto Núñez Feijóo, le dejase claro en público que no podía esperar que su partido lo recolocase en un cargo de designación política a cambio de su renuncia. El revuelo que generó la noticia de que Currás acabaría como delegado en Galicia de la empresa pública Tragsa llevó aquel día a Feijóo a dar marcha atrás y descartar esa idea inicial: “Ese nombramiento no se va a producir”, dijo el presidente a preguntas de los medios de comunicación, para recordarle a continuación a Currás que, como catedrático de instituto en excedencia, siempre podría volver a esa plaza. Y así lo anunció ayer el propio Currás tras formalizar su renuncia al puesto de edil que ocupaba desde que el pasado 8 de julio cedió la alcaldía a Agustín Hernández.

 Currás concurrió a las elecciones municipales de 2011 en el cuarto puesto de la lista popular, que obtuvo entonces mayoría absoluta, encabezada por Gerardo Conde Roa, al que sucedió en abril de 2012 cuando este fue imputado y luego condenado por fraude fiscal. Desde entonces vio cómo se fueron acumulando imputaciones judiciales contra él mismo y contra buena parte de su equipo de gobierno, una de las cuales acabó el pasado mes de junio con la condena de siete de ellos por prevaricación. Fue entonces cuando Feijóo decidió actuar y colocar en la alcaldía a su hasta entonces conselleiro de Medio Ambiente, Agustín Hernández, que había concurrido en el último puesto de la candidatura compostelana, y relegar a Currás, sobre el que por entonces pesaban dos imputaciones: por supuesto acoso a un policía local (cargos que el juzgado le levantó la pasada semana) y por su presunta implicación en el caso Pokémon de corrupción municipal.

El exalcalde pasó a ser un simple concejal al frente de la simbólica área de Relaciones Institucionales, sin apenas contenido pero con un sueldo a tiempo completo. Y así estuvo más de tres meses, una situación muy incómoda para Hernández, empeñado en romper con el pasado de escándalos en el gobierno compostelano y abrir una nueva etapa para afrontar con garantías las próximas elecciones municipales. Hasta que hace dos semanas la cúpula del PP gallego dio por seguro el nombramiento de Currás como delegado en Galicia de Tragsa, donde cobraría aún más que cuando era alcalde. Sindicatos y partidos de la oposición criticaron duramente la operación hasta que Feijóo se vio obligado a pararla.

Ayer Currás aseguró a Europa Press que deja la corporación municipal de forma “libre” y “sin presión”, pero criticó el “apaleamiento público y el escarnio” al que cree que fue sometido y evitó clarificar qué sucedió con su frustrado nombramiento en Tragsa. “Es un episodio que es mejor olvidar y no recordar algunas falsedades que se han dicho; quiero pasar página”, dijo, para asegurar que su marcha es “una decisión que ya tenía tomada hace tiempo” en la que la fecha concreta “es indiferente”.

Tras hacer Currás pública su renuncia, Feijóo dijo ayer que la suya ha sido “una buena decisión” y calificó de “asunto sin trascendencia” la imputación por acoso al policía local que se acaba de levantar sobre Currás pero que sigue pesando sobre otros tres colaboradores suyos cuando era alcalde. Por su parte, el actual equipo de gobierno municipal que encabeza Agustín Hernández restó relevancia a la marcha de Currás y se limitó a decir que “culmina una etapa de transición”. Y Carlos Negreira, presidente provincial del PP, habló de decisión “oportuna y normal”.

Por el contrario, desde la oposición, PSdeG y BNG criticaron que la salida de Currás del Ayuntamiento “llega tarde” y destacaron que se produce gracias a la presión social. También censuraron que su marcha se tenga que cubrir con la designación de un nuevo concejal no electo, figura que ya supone más de la mitad del equipo de gobierno de Hernández. Con el abandono de Currás, la concejal Reyes Leis es la única del PP que conserva su puesto desde que comenzó el mandato.

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