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Los temporeros nacionales desplazan a los inmigrantes en la aceituna

Los albergues de Jaén abren esta semana por el adelanto de la recolección

Ginés Donaire
Inmigrantes que buscan trabajo en la recolección de aceituna, en Úbeda.
Inmigrantes que buscan trabajo en la recolección de aceituna, en Úbeda.josé manuel pedrosa

La recolección de la aceituna se va a iniciar esta próxima semana en buena parte de las comarcas productoras. La temprana maduración del fruto y el adelanto de muchas almazaras que buscan un aceite de mayor calidad va a generalizar el trabajo en los tajos olivareros, en la que es la campaña agrícola que más empleo mueve en Andalucía. Y lo va a hacer con un cambio significativo en el perfil de los jornaleros, pues en los últimos años la crisis ha desplazado a los inmigrantes en detrimento de los parados locales y los temporeros que llegan de otras comunidades.

El Foro de la Inmigración de Jaén —la provincia productora por excelencia— ha analizado este cambio en la mano de obra que llega a los olivares. Un cambio que afecta más a las cuadrillas y no tanto a los usuarios de los albergues para temporeros que van a abrir sus puertas esta semana. “Ahora ya hay más emigrantes que retornan al campo que inmigrantes”, observó la delegada del Gobierno andaluz en Jaén, Purificación Gálvez. Y es que los datos del Ministerio de Empleo y Seguridad Social ponen de manifiesto que las autorizaciones de trabajo a extranjeros cayeron el último año en más de 5.000 en Andalucía, y en Jaén pasaron de 1.661 en 2012 a 1.151, un año después.

En Jaén, donde los empresarios recurrían a los inmigrantes antes de la crisis, hay ahora poco más de 7.000 extranjeros afiliados a la Seguridad Social, una cifra muy por debajo de los 20.000 de Huelva o los 55.000 de Almería. “Es evidente que la crisis ha desplazado a muchos trabajadores parados de la construcción y de otros sectores a trabajar en el campo”, señala José Moral, secretario provincial de CC OO en Jaén.

La mano de obra necesaria en la provincia se cubriría con sus 12.691 desempleados locales

Sin embargo, que no haya trabajo para los inmigrantes no quiere decir que no vengan a Jaén y a otras provincias productoras en busca de un jornal. El presidente de Cruz Roja en Andalucía, Javier García Villoslada, asegura que, pese al recorte en la producción y en el empleo (más de seis millones de jornales en toda Andalucía), “los inmigrantes van a seguir viniendo”. Además, la estadística de los usuarios en los albergues en la pasada campaña demuestra que los trabajadores extranjeros siguen predominando. Así, de las 7.390 personas atendidas el pasado año en la red de albergues de la provincia (24 centros con 771 plazas), la mayoría eran de Marruecos, Senegal, Mali, Argelia, Mauritania y otros países del África subsahariana.

El Foro de la Inmigración de Jaén, en el que se integran Administración, agentes sociales y organizaciones humanitarias, ha puesto en marcha una campaña informativa subrayando que no es necesaria mano de obra foránea para la próxima campaña olivarera ante las bajas previsiones de cosecha. La campaña va a llegar hasta los lugares de origen más habituales de los temporeros agrícolas, como Murcia, Almería, Ciudad Real, Huelva, Huelva o Córdoba... Además, la Junta considera que la mano de obra necesaria en Jaén se puede atender con las 12.691 personas desempleadas del sector agrícola en la provincia, a las que hay que sumar más de 18.000 trabajadores eventuales agrícolas subsidiados.

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Pero el desplazamiento que los jornaleros han hecho de los inmigrantes también afecta a las mujeres, que son las grandes perjudicadas en una campaña que, como la actual, el trabajo escasea. La discriminación de la mujer en el campo no es algo baladí. El 55% de los más de 460.000 afiliados al Régimen Agrario en Andalucía son mujeres, al igual que son mayoría las que cobran el subsidio agrario. Pese a ello, hace dos campañas, cuando hubo un drástico recorte del empleo similar a este año, muchas mujeres no pudieron lograr las peonadas para cobrar el subsidio al verse desplazadas en los tajos.

Para contrarrestar esta situación de clara discriminación laboral, el sindicato UGT ya ha anticipado que va a poner encima de la mesa de la negociación del convenio del campo (que empieza a discutirse esta semana) la inclusión de “planes de igualdad donde los empresarios se comprometan a no excluir a las mujeres de las cuadrillas”, según señaló Antonio Marcos, de la Federación Agroalimentaria de UGT.

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