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Latas que cazan la luz de las ciudades

Las valencianas Fotolateras Fotógrafas utilizan latas de café como cámara Una exposición recoge sus imágenes realizadas con la técnica de la fotografía estenopeica

Picadilly Circus, Londres.
Picadilly Circus, Londres.Fotolateras Fotógrafas

Una caja con un agujerito es una cámara fotográfica. Un rayo de luz basta para exponer una hoja papel fotosensible en su interior y generar imágenes como las que crean las valencianas Fotolateras Fotógrafas. Marinela Forcadell y Lola Barcia, fotógrafas, diseñadoras ("y lo que surja", dicen) viajan por el mundo desde 2007 captando imágenes con la técnica de la fotografía estenopeica. Hasta 40 ciudades han sido "enlatadas" en sus cajitas de aluminio cuyas imágenes se exponen desde este miércoles en Valencia.

"Yo hacía otro tipo de fotografía, con camarones grandes. Lola me dijo que no lo entendía porque con una simple lata se podía hacer fotos. Le dije que dejara de tomarme el pelo y me lo demostrara. Y lo hizo", cuenta Marinela Forcadell entre risas. Su compañera Lola Barcia aprendió la técnica en Francia y se la enseñó. "Cuando vi cómo salía la imagen sumergida en el líquido revelador supe que me quería dedicar a esto toda la vida", relata.

Sin lentes, pilas, carretes, ni botones, las valencianas han disparado miles de fotos. Cada caja genera imágenes con una focal distinta y el dominio de los tiempos de exposición y las profundidades de campo es fundamental para que las imágenes queden nítidas. "Utilizamos tres latas distintas. La pequeña de té genera imágenes como las de un gran angular. La lata de café de illy es un 50 milímetros y la redonda de café de la misma marca es un ojo de pez", explica Forcadell.

Nueva York (EE UU), Marrakech (Marruecos), Pekin (China) o Cuenca (España), son algunas de las variopintas ciudades que han sido enlatadas por estas viajeras. Aunque probaron con el cartón, las cámaras resultaban poco resistentes para ser transportadas al otro lado del mundo. Cada cámara va cargada con una hoja de papel fotosensible que deben sacar en un laboratorio para poder meter una hoja nueva y reutilizar la lata. Las anécdotas de sus viajes son numerosas, desde cómo montar un laboratorio improvisado en un minúsculo cuarto de baño a miles de kilómetros de casa hasta cómo les miran los operarios del aeropuerto cuando comprueban que el contenido de sus maletas son decenas de pequeñas latas vacías ordenadas como un tetris.

Algunos de sus proyectos más interesantes son los trabajos realizados con mujeres en la cárcel de Picassent (Valencia) o los talleres en los que utilizaron contenedores de barco como latas gigantes para hacer fotos casi a tamaño natural. "Metimos a los alumnos dentro del contenedor y descubrimos el agujero por el que entraba la luz. Los chavales se divirtieron mucho porque veían que todo lo de fuera estaba reflejándose boca abajo y a color en la pared interior del contenedor", ríe Forcadell.

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Contemplar el trabajo de estas mujeres genera una curiosidad inevitable: ¿Se puede vivir de esto?. "Esa es la pregunta del millón. De momento no se puede vivir, pero se podrá. Somos muy optimistas en esto", explica Marinela Forcadell. Exposiciones, venta de fotos, cursos, charlas o conferencias son sus dedicaciones principales aunque sus actividades incluyen también la gestión de una tienda de productos gourmet o la promoción de una cerveza propia. La exposición se inaugura este miércoles y permanecerá un mes en Lotelito en Valencia.

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