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Podemos: el gigante de cien cabezas coge impulso

El partido se prepara a contrarreloj para acudir a las elecciones que se convoquen en 2015

Cristian Segura
Imagen de la reunión de Podemos en Granollers.
Imagen de la reunión de Podemos en Granollers.Massimiliano Minocri

Entre círculos, consejos ciudadanos, coordinadoras, extensiones territoriales, grupos de trabajos con multitud de nombres y terminología confusa, la experiencia de Mariano Herranz es lo único que parece sólido. Apoyado en una barra del bar Ambaixada Cultural de Mataró, Herranz es introducido como el hombre de la coordinadora de Podemos Madrid. Esto le da una autoridad especial, la del veterano en un partido que no tiene ni un año de vida. La experiencia de quien ha estado, casi desde el primer día, trabajando para crear una marca, este monstruo de cien cabezas llamado Podemos.

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El gigante se prepara a contrarreloj para poner orden y presentarse a todas las elecciones que hagan falta. En el bar Ambaixada Cultural se celebra una reunión de las comisiones de trabajo de Podemos Mataró: la comisión de enseñanza, de solidaridad, de comunicación y TIC, de inmigración... “¿Te he dicho inmigración? No la llamamos de inmigración. Creo que el nombre de la comisión es de interculturalidad”, precisa Montse Morón, portavoz de Podemos Mataró –su pareja ha sido elegida coportavoz. Todo es nuevo en Podemos. En Mataró son 214 miembros inscritos, 380 si se cuentan los inscritos directamente en Podemos estatal. No hay militantes: hay ciudadanos que se inscriben y, una vez inscritos, pueden votar en las asambleas. No hay cuotas, de momento solo contribuyes con tu tiempo libre.

Las reuniones de comisiones del círculo de Mataró se celebran en mesitas ocupadas por apuntes y refrescos que ya han consumido. Herranz recuerda que el mayo pasado, poco antes de las elecciones europeas, cuando se presentó por primera vez en Podemos Mataró sólo había cinco personas. Ahora son un equipo consolidado que, según explica Morón, colabora con ERC e Iniciativa en políticas sociales, de transporte y de sanidad, además de crear un Observatorio de Cuentas Municipales. Morón cree que la organización que están construyendo es muy similar a la de la CUP pero no tiene ninguna duda en señalar a Podemos Madrid como el modelo a seguir.

Mataró es uno de los círculos más desarrollados en Cataluña, más que el de Barcelona. Por vínculos familiares, Herranz visita a menudo el Maresme y asesora varios círculos de esta costa. Asegura que es sobre todo en los pequeños municipios donde queda mucho para hacer en el asamblearismo y en habituar a la gente a los protocolos de actuación de Podemos. Fuera de estos pequeños núcleos, Herranz está convencido de que si en tres meses se convocaran elecciones al Parlamento catalán, Podemos podría presentarse: “Si desde la primavera se ha avanzado de este modo tan increíble, seguro que de cara al 2015 estaríamos listos para unas autonómicas”.

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En las comisiones de Podemos Mataró hay gente de todas las edades. A la misma hora, en el Centro Cívico del barrio de Can Rull, en Sabadell, un centenar de vecinos, la gran mayoría jubilados, asisten a la asamblea del grupo de trabajo Can Rull, o Sector Can Rull –las denominaciones no quedan claras. Herranz confirma que una de las principales diferencias es que en Podemos Madrid predomina la juventud que tomó las calles el 15-M mientras que en Podemos Cataluña la media de edad es mucho más elevada.

En el bar Anònims de Granollers se celebra la asamblea del círculo local. El desorden es considerable, la organización del grupo –unas veinte personas– es menor a la de sus compañeros de Sabadell y Mataró. La voz que más se escucha es la de Aleix Marsol, un estudiante de humanidades de 20 años. Marsol trata de convencer a un hombre, que podría ser su padre, de que hay que ser prácticos, que hay que crear rápidamente una estructura local y formar parte de una alianza electoral de grupos independientes. Hay pareceres dispares: algunos proponen que se descarte concurrir a las elecciones municipales; otros quieren que se vote en esta misma reunión si se presentarán o no. Los hay que quieren saber ya cómo se escogerán los candidatos. Fernando, sentado a la izquierda de Marsol, propone que antes de que se apruebe el organigrama y que se lea para ello el documento de orden interno de Podemos Parets del Vallès. Marsol insiste que ahora hay que crear la estructura y dejarse querer: “Somos la novia favorita de los partidos de izquierdas”. Rápidamente aparecen opiniones contrarias, por los “inconvenientes de pactar con políticos que han ocupado cargos públicos en el actual régimen”. La asamblea hace una breve pausa para pedir a todos los miembros si están de acuerdo de que los dos periodistas estén presentes.

Cambiar España

En el auditorio del Centre Cívic de Can Rull, Marta Campoy, profesora jubilada del Institut Pere Calders, da la bienvenida a los asistentes con un mensaje revolucionario: “Veo muchas caras conocidas de cuando luchábamos para cambiar el mundo. ¡Ahora estamos aquí para romper con el régimen del 78!”. Antes de ella ha hablado Ernest Payà para informar sobre las normas del funcionamiento de la asamblea: una primera parte para explicar a los recién llegados como funciona Podemos y una segunda en la que los asistentes aportarán ideas para mejorar el barrio, propuestas que se incluirán en unos preborradores que, una vez aprobados, se estudiarán para elaborar el borrador del programa electoral.

En la entrada del centro cívico han montado una parada donde venden las camisetas violetas de Podemos por 8 euros. El ambiente en el auditorio es similar al de un mitin del PSC: jubilados con cicatrices de la vieja inmigración, supervivientes de la industria más dura. Juan Solano, combatiente en muchas iniciativas ciudadanas de Can Rull, asegura que en Podemos no solo encontraremos desencantados socialistas, “también hay gente que votaba PP o CiU, los partidos que se han cargado todo aquello que construimos de jóvenes”. Pregunto a Solano por qué ha optado por Podemos y no por el Procés Constituent; no lo duda: “Podemos tiene una idea de cambiar España, y esto es lo que más me motiva”. De nuevo en Mataró, Herranz destaca que Podemos “no quiere el cambio sólo en Cataluña o en Andalucía, quiere el cambio en la sociedad española en general. Nosotros defendemos la consulta, pero preferiríamos continuar unidos”.

Herranz también cree que en Podemos no solo captan desencantados de las izquierdas sino que quieren captar adeptos entre los votantes de derechas porque los puntos fundamentales, donde todo el mundo en Podemos se puede encontrar, son el código ético del partido y la carta de derechos humanos. “El código ético es el abc de la vida de los de Podemos”, repite Campoy en Can Rull. Poco más tarde, Campoy afirma que Podemos no quiere invertir ni un euro público en escuelas privadas. Esta reivindicación, más que de izquierdas contra derechas, en clave Podemos es el grito “de los de bajo contra los de arriba”. Esta es la idea más repetida en sus reuniones: el pueblo contra la casta.

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Sobre la firma

Cristian Segura
Escribe en EL PAÍS desde 2014. Licenciado en Periodismo y diplomado en Filosofía, ha ejercido su profesión desde 1998. Fue corresponsal del diario Avui en Berlín y posteriormente en Pekín. Es autor de tres libros de no ficción y de dos novelas. En 2011 recibió el premio Josep Pla de narrativa.

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