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La banda que asesinó a un joven en Cádiz preparaba cinco secuestros

La policía califica de "depredadores" a los 18 sospechosos en Madrid y Cádiz

Un agente custodia a uno de los 18 detenidos en la Operación Periplo.
Un agente custodia a uno de los 18 detenidos en la Operación Periplo.

Sabían que guardaba 400.000 euros y no pararon hasta encontrar el dinero. La banda de criminales destapada en la Operación Periplo de la Guardia Civil y el Cuerpo Nacional de Policía era extremadamente violenta. “Unos depredadores”, en palabras de un agente. El 5 de agosto secuestraron y mataron en Puerto Real (Cádiz) a un joven, quien supuestamente gracias a la droga, había conseguido esa alta suma de dinero. Le raptaron, intimidaron y torturaron. Y cuando consiguieron el botín, que había sido enterrado en un jardín, cumplieron la amenaza de darle muerte. El grupo de arrestados contaba con información de cinco empresarios a los que pretendían atacar de similar forma.

Fueron las señales de que el cuerpo hallado en Puerto Real había sido golpeado con enorme violencia las que hicieron sospechar a los investigadores de que detrás de esta muerte había algo más que un simple ajuste de cuentas. Esas pesquisas han determinado que en la medianoche del 4 al 5 de agosto la víctima fue secuestrada en unas caballerizas de El Puerto de Santa María. Allí fue torturado para que revelase el lugar donde tenía escondido los 400.000 euros. Esa misma noche la víctima fue trasladada a una vivienda de Sanlúcar, cuyos inquilinos también fueron golpeados. Allí tampoco estaba el dinero. La banda se trasladó después a otra casa de la misma localidad, donde el botín había sido enterrado en un jardín. Cogieron los euros y el cadáver del secuestrado fue arrojado en las proximidades del Hospital de Puerto Real. Todos los coches que utilizaron fueron quemados, lo que dificultó la obtención de huellas.

A medida que los agentes iban esclareciendo esta muerte, llegó información de un caso similar en Navalmoral de la Mata, en Cáceres, donde un empresario de la piel había sido secuestrado en su nave industrial a plena luz del día. Logró salvar la vida aunque también fue sometido a gravísimas torturas. Tras atar todos los datos, Guardia Civil y Cuerpo Nacional de Policía pudieron actuar conjuntamente el 16 de octubre en 12 registros simultáneos en Cádiz, Cáceres y Madrid . Fueron detenidas personas, entre ellas, el considerado cabecilla. Se trata de Ismael López, conocido como el Terror de Vallecas o el Ojos, que ya había sido condenado por matar dos personas.

“Era una organización criminal perfectamente jerarquizada. Contaba con cuatro grupos con funciones muy diferenciadas”, explicó el portavoz de la Policía, Andrés Bragado. Unos se encargaban de robar los vehículos y doblar las matrículas, otros se encargaban de preparar los domicilios para ocultarse, otro realizaban labores de vigilancia y el más duro, es el que actuaba en los asaltos. Llevaban caretas del personaje Anonymus, chalecos antibalas y pistolas siempre cargadas. Adoptaban grandes medidas de seguridad en sus desplazamientos y cambiaban de teléfono con asiduidad para evitar ser cazados. “Demostraban una enorme crueldad y desprecio hacia la vida”, destacó el portavoz de la Guardia Civil, Manuel González.

Ambos cuerpos de seguridad, que se han coordinado en la investigación, destacan que los arrestos han impedido cinco nuevos secuestros y posibles asesinatos de cinco empresarios españoles, relacionados con el mundo del juego en Madrid. Lo que todavía no han aclarado los investigadores es si la banda actuaba para conseguir su propio beneficio o trabajaba a sueldo de otras mafias que les contrataban para hacer el “trabajo sucio”. La Operación Periplo, como la han llamado sus responsables, sigue abierta.

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