_
_
_
_
_

Antiguo Régimen, nostalgia sin rehenes

La banda valenciana presenta en Espai Rambleta 'Política de Tierra Quemada', un estupendo debut que conjuga las sombras del post punk

El grupo Antiguo Régimen.
El grupo Antiguo Régimen.Belinda Bel

El saqueo estético de la década de los ochenta parece no tener fin. Las sombras proyectadas por el synth pop y el post punk de aquella época son tan alargadas que han marcado ya a varias generaciones. Lo difícil, a estas alturas, es rebuscar en aquel baúl de los recuerdos para dar con una síntesis en la que no solo todas las piezas encajen, sino que no huelan a discurso tópico o apolillado. Los valencianos Antiguo Régimen lo consiguen. Sonar frescos y aún excitantes, queremos decir. Debutaron en febrero de 2013 con un siete pulgadas de tres canciones (La formación de la sombra), en el que sobresalía un tema: Anoche escupí azul.

Un año más tarde, las esperanzas que les perfilaban como una de las bandas emergentes más prometedoras de la escena local se confirmaban con Política de tierra quemada (Burka For Everybody/Discos Humeantes/Flexidiscos), un estupendo álbum que llevan meses presentando, y que vuelven a desgranar el 31 de octubre, noche de Halloween, en Espai Rambleta, junto a los asturianos Fasenuova. Al margen de lo eficaz de sus canciones, quizá su apuesta por los teclados gélidos de lo que se dio en llamar cold wave y por una estética industrial y rectilínea, que remite a Joy Division pero también a Aviador Dro, Décima Víctima o Bauhaus, tenga mucho que ver en la acusada particularidad de su trazo. “Desde el principio nos juntamos con la idea de hacer un grupo de pop oscuro cantado en castellano, y todo lo demás fue surgiendo con el tiempo”, nos comenta Johnny Contencioso, guitarrista de un cuarteto que integran cuatro músicos que no son precisamente novatos. Sin ir más lejos, la simple enumeración de proyectos locales en los que Contencioso ha estado implicado en un momento u otro (Le Jonathan Reilly, Salchicha, Estrategia Lo Capto!, Caballo Trípode o Venereans en el pasado y Polígono Hindú Astral y Taq-I-Bustan en la actualidad) daría ya por sí solo para un artículo aparte.

Antiguo Régimen no reniegan de las etiquetas, ya que “son necesarias para meternos dentro de un saco, algo necesario a día de hoy con toda la cantidad de sacos que hay de distinto tamaño, color y roturas”. Y aunque, obviamente, consideran que están “más cerca de Joy Division que de Motley Crue”, también esgrimen que seguramente haya “otros cincuenta grupos antes que consideraríamos una influencia más directa”. Entre estos, otro nombre habitual cada vez que se habla de ellos, como The Cure, de quienes se considera “muy fan, sobre todo de sus guitarras”.

No se ven, en todo caso, formando parte de una escena de rasgos definidos a nivel estatal. “Cuando salió el 7 pulgadas lo primero que hicieron fue meternos en una especie de revival nacional del postpunk, y yo no lo veo la verdad, porque no creo que exista ese revival: es algo de lo que llevan años hablando”, nos comenta Johnny, al tiempo que reconoce con retranca que no le importaría que algo así existiese, y ojalá pudiera “comprar cintas de Gang of Four en las gasolineras y una empanadilla de pisto, e hiciesen programas de televisión de estos de niños cantando temas de Warsaw”.

Su galería de afinidades, que es más ética que estética, también tiene prolongación en Valencia con bandas de nuevo cuño como “Tercer Sol, unos colegas de Valencia que han grabado un EP que es tremendo, algo así como unos Spacemen 3 o Spectrum con algo del indie psicodélico español añejo”, comenta. En breve llegará la hora de dar continuación a un álbum de debut que, trabajado durante meses y editado el pasado mes de abril, ya han exprimido tanto que “cuando lo recibes y lo tienes en tus manos resulta que estás saturado de él”, lo que no contradice un acendrado sentido de la autocrítica: “me gustaría mucho poder escucharlo siendo ajeno al grupo para ver si me gusta el resultado final o no”.

Así que en sus planes más inmediatos, más allá del concierto del 31 en Espai Rambleta, también entra el volver a grabar composiciones de nuevo cuño. “Tenemos ya como cinco o seis temas nuevos pero falta acabarlos y perfilarlos…nos vendría bien encerrarnos en una casa de campo-o una nave industrial en un polígono-un par de semanas y acabarlo todo”.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_