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El coste de una protesta ecologista

Seis vecinos de Esplugues, juzgados por una manifestación contra un plan que pretendía urbanizar una zona de la sierra de Collserola

Pancarta de apoyo a los juzgados, ayer en la plaza Cerdà de Barcelona.
Pancarta de apoyo a los juzgados, ayer en la plaza Cerdà de Barcelona.Albert Garcia

Hace siete años, seis ecologistas fueron acusados de generar desórdenes públicos en una manifestación contra el plan urbanístico de Caufec, que afectaba una zona natural de Esplugues de Llobregat, en plena sierra de Collserola. Arrojar piedras, golpear a los Mossos d'Esquadra y pintar paredes durante el recorrido fueron las denuncias que la policía ratificó ayer en el juicio contra los seis acusados. Por esas actuaciones, los procesados podrían recibir penas de entre 24 y 27 meses de prisión. En la sesión de ayer negaron los cargos que se les imputan y culparon a la policía de tener una actitud represiva. “A los pocos minutos de empezar la marcha, los Mossos golpearon a algunos manifestantes y yo interviene para decirles que pararan”, recordó ayer José Miguel N., imputado por desórdenes públicos y una falta de desobediencia y de respeto a la autoridad.

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Los seis procesados declararon ayer que participaron en la protesta disfrazados de payaso, con grandes pelucas y narices redondas. Por esta razón, el juez cuestionó la validez de la identificación policial, ya que los rostros de los acusados iban cubiertos y ninguno fue detenido en el momento.

“¿Cómo ha podido reconocerlo si solo se le veía la mandíbula?, le preguntó el juez a un agente mientras le enseñaba una fotografía del payaso. Según el policía, en un momento el hombre se quitó la peluca y reconoció que era el mismo vecino que había participado en otras protestas similares. Pero los Mossos no le detuvieron, ni a él ni a ningún otro de los encausados. El contexto no ameritaba detenciones porque la protesta se produjo en un ambiente familiar, explicó ayer el mismo agente que, meses después de la manifestación, envió notificaciones a los acusados para se presentaran en comisaría.

La fiscalía y la Generalitat entienden que los seis hombres se pusieron de acuerdo “para protagonizar los altercados”, e insisten en que sus reconocimientos son acertados. Pero no todos los testimonios de los Mossos han coincidido. “Yo no me quedé con ninguna cara. Vi agresiones generales, pero me fue imposible identificar a nadie”, indicó otro policía testigo.

Los acusados aseguran que la manifestación fue reivindicativa
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Los acusados aseguran que la manifestación fue, en todo momento, una marcha reivindicativa. “Las asociaciones de vecinos nos convocaron para ir disfrazados de payasos y eso hicimos junto a nuestras familias”, recuerda uno de los procesados. Si bien los seis hombres reconocen que existió cierto “barullo” entre las fuerzas de seguridad y los vecinos, todos declararon desconocer el motivo que originó el eventual conflicto. “Yo me reí cuando escuché a un mosso decir que nos iba a sacar a patadas. Me sorprendió pero en ningún momento me enfrenté a ellos”, declaró otro de los acusados.

Durante el juicio, decenas de manifestantes se concentraron en la Ciudad de la Justicia como muestra de solidaridad con los encausados. Hombres, mujeres y bebés participaron de la sesión de ayer y que continuará hoy.

Simultáneamente a la celebración del juicio, dos activistas se colgaron con cuerdas del puente peatonal de la plaza Cerdà de Barcelona, cercana a Ciudad de la Justicia, donde se celebra el juicio. Ni mudos ni a la jaula. Hoy juzgan la desobediencia. Solidaridad, decía la pancarta que portaban.

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