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Claustre Obert

Wikileaks y el poder político, a debate en La Nau de la Universitat de València

Claustre Obert organiza una sesión sobre el papel de los medios y su relación con el poder

Jorge Lozano, Jenaro Talens, Antonio Ariño, Manuel de la Fuente y Francesc A. Martínez.
Jorge Lozano, Jenaro Talens, Antonio Ariño, Manuel de la Fuente y Francesc A. Martínez.Tania Castro

Investigadores de Periodismo y Comunicación Audiovisual han debatido este martes en La Nau de la Universitat de València sobre Wikileaks y las fronteras de la información en una mesa redonda celebrada en el marco del Claustre Obert, el espacio de debate de la Universitat de València (UV) y El País. Los profesores de Periodismo Jorge Lozano (Universidad Complutense de Madrid) y Francesc Martínez Gallego (Universitat de València) así como Jenaro Talens y Manuel de la Fuente, ambos docentes de Comunicación Audiovisual en la Universitat de València, han reflexionado sobre el fenómeno de las filtraciones y su impacto.

El vicerrector de la Universitat de València, Antonio Ariño, ha destacado que la publicación de los cables de Wikileaks supuso abrir el debate sobre la propiedad, la neutralidad, la privacidad y la seguridad en Internet, en un momento en que la cantidad de “datos pasivos” que se generan con el propio uso de la tecnología es más voluminosa que los datos que generamos de forma consciente.

El profesor de periodismo de la Universitat de València, Francesc Martínez, ha destacado que en la actualidad estamos “vigilados a la manera orwelliana”, con un “gran hermano” poderoso que todo lo controla, pero también “entretenidos a la manera de Huxley”, cuando dibujaba en Un mundo feliz, un escenario de falsa realidad. Para Martínez, la aparición de William Assange, considerado por los Estados como un “pirata informático peligroso”, ha hecho visible que “el capital reputacional” del que se alimenta el poder político “es ahora muy fácil de dilapidar”.

Para el profesor de Comunicación Audiovisual de la UV, Manuel de la Fuente, el ataque a la figura de Assange ha sido evidente y “ya no se ocultan las relaciones extrañas entre la publicación de Cablegate y la detención de Assange, aunque los poderes públicos lo camuflen bajo supuestos delitos que no están demostrados”. Las tres funciones de Wikileaks, como fiscalizador o mediado, como fuente informativa al elegir a qué medios suministró los cables y como comunicador digital, al colgar en su web el contenido de forma pública, han aparecido en un momento en el que se da la paradoja de que “a más medios menos pluralismo”. De la Fuente ha destacado que Wikileaks ha evidenciado la “crisis de legitimidad del periodismo” creada por los propios periodistas han venido haciendo una “dejación de funciones como responsables de fiscalización del poder”.

Para el profesor de la UV Jenaro Talens, Wikileaks ha hecho algo todavía mayor: permitir que el lector pusiera al mediador en tela de juicio, ya que al tener acceso a los archivos, el lector podía comprobar si lo que decía El País era verdad” porque “podía comprobar la tarea del propio mediador”.

El catedrático de periodismo Jorge Lozano, ha opinado que si bien “Wikileaks ha servido para que se cuiden muchísimo” por ser conscientes de que dejan rastro digital, “la accesibilidad a los cables no es transparencia, pero es el camino inexorable para controlar y sacar las vergüenzas de los señores preWikileaks”.

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