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Loca comisaría de policía de Leganés

Los agentes usan ilegalmente turismos del depósito municipal por la falta de 'patrullas'

Patricia Ortega Dolz
Algunos de los policías que se encerraron ayer en asamblea en la comisaría de Leganés.
Algunos de los policías que se encerraron ayer en asamblea en la comisaría de Leganés. álvaro garcía

El pasado domingo por la tarde dos tipos vestidos con uniformes de policía se bajaron de un turismo en medio del atasco provocado por el partido de fútbol que se jugaba en el campo del Leganés. Intentaban apartar los coches para abrirse paso haciendo aspavientos con los brazos, pero más de uno pensó que querían colarse. No les creyeron porque el coche en el que iban no tenía luces, ni rótulos ni nada que indicara que se trataba de un vehículo policial. De hecho, era uno de los muchos coches desterrados en el depósito municipal y que, según la ley de Seguridad Vial (Real Decreto 339/90) pueden ser reutilizados (exclusivamente) para labores de vigilancia y control del tráfico. Sin embargo —infringiendo la ley—, los policías locales de Leganés (180.000 habitantes) vienen utilizando esos vehículos para emergencias y patrullajes desde hace meses, ya que solo cuentan con tres vehículos rotulados para los 237 agentes que componen la comisaría. El domingo los dos policías uniformados en el turismo iban a atender un aviso de violencia de género.

Hemos pasado de 26 coches a tres, y ahora vamos en autobús o andando

“No hay planes de actuación, no hay programas, actuamos en función de los avisos que van llegando o de lo que nos encontramos por la calle y con los medios que hay en cada momento. Ahora mismo solo tenemos tres coches rotulados”, dice Francisco, uno de los policías locales con cargo de cabo. “Hemos pasado de tener 26 coches en 2011 a tener tres, de cobrar el sueldo completo a cobrar entre un 10% y un 20% menos porque decían que nos iban a cambiar los conceptos, de ir por parejas a ir de cuatro en cuatro para aprovechar los viajes o a ir en autobús o andando...”. La retahíla de situaciones límite, que se acumulan desde el cambio del gobierno local tras las elecciones de 2011, les llevó a encerrarse en asamblea el pasado viernes y ayer por la noche seguían esperando una respuesta del alcalde, el popular Jesús Gómez Ruiz, con quien se reunieron por la mañana sin concretar medidas de actuación.

“Hemos suplido las carencias con buena voluntad, pero hemos llegado a un punto, después de cuatro meses sin cobrar el sueldo íntegro, que está afectando a nuestras familias y, además, no podemos seguir asumiendo situaciones delirantes que ponen en riesgo nuestra seguridad y la de los vecinos”, se justificaba Nacho, otro de los agentes.

El Ayuntamiento, que según presumió el alcalde ha logrado reducir su deuda en un 28% desde 2010, maneja un presupuesto de 180 millones al año y acumula una deuda de 24, según datos del consistorio. Pero la oposición y los sindicatos coinciden en que no es una cuestión de endeudamiento, “sino de incapacidad de gestión”, en palabras de Raúl Calle, de Izquierda Unida. Y de que “no existe una política de seguridad, el alcalde ha cambiado dos veces de concejal y expedientó y descabezó a la cúpula de la policía local”, dice Carlos Delgado, de unión de Leganés (Uleg).

Noemí Selas, concejal de Seguridad Ciudadana —antes de Festejos—, aseguraba ayer por SMS que “se llegó a un acuerdo económico el viernes”, y que: “Esto ya venía de atrás”, pero que “se lanzaron dos licitaciones de vehículos que quedaron desiertas, aunque llegarán coches patrulla en las próximas semanas”.

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Sobre la firma

Patricia Ortega Dolz
Es reportera de EL PAÍS desde 2001, especializada en Interior (Seguridad, Sucesos y Terrorismo). Ha desarrollado su carrera en este diario en distintas secciones: Local, Nacional, Domingo, o Revista, cultivando principalmente el género del Reportaje, ahora también audiovisual. Ha vivido en Nueva York y Shanghai y es autora de "Madrid en 20 vinos".

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