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La CUP se retira de las negociaciones sobre el 9-N

La formación anuncia que harán campaña "por su cuenta" y "desde la calle"

El espectáculo en el que se han convertido las reuniones de los partidos soberanistas catalanes en búsqueda de una teórica unidad ante el 9-N ha hecho que la CUP se levante de la mesa. La más pequeña de las formaciones soberanistas entiende que el éxito de la consulta alternativa que impulsa Artur Mas no se logrará a través de un acuerdo político, sino sobre la base de la movilización popular. Por esta razón, ayer sus responsables anunciaron que no volverán a las negociaciones con la Generalitat, ERC e ICV, y que harán campaña por su cuenta.

"El terreno de los partidos es venenoso, endogámico y de suma cero. Es un lodazal en el que nos estamos quedando enganchados". Así anunció ayer Quim Arrufat, diputado de la CUP (Candidatura de la Unidad Popular) en el Parlament, que su partido se retira de las negociaciones políticas. Arrufat aseguró que este paso atrás en las negociaciones no significa "tirar la toalla". La formación continuará apoyando el proceso participativo del próximo día 9 de noviembre y haciendo campaña para que la movilización popular y la participación sea un éxito. Sin embargo, esta campaña la realizará "por su cuenta" y "desde la calle".

Desde que el presidente Mas desconvocara el pasado martes la consulta oficial y anunciara un sucedáneo, el juego de declaraciones y contradeclaraciones no ha dejado de sucederse y la CUP dice estar cansada de "tacticismos preelectorales que dejan la consulta en un lugar marginal". Por ello, la CUP piensa volcarse en su propia campaña en favor del sí a la independencia de Cataluña a fin de convertir el 9-N en "una jornada de movilización democrática".

La Generalitat se disculpa

 La formación independentista tomó esta decisión después de que el Gobierno catalán anunciara un acuerdo con ellos sin que estuviera rubricado. La CUP entendió que estaba siendo utilizada para presionar a los otros partidos soberanistas y se desmarcó de cualquier acuerdo. El propio Gobierno catalán tuvo que admitir ayer el error de esta maniobra y llegó a pedir “perdón”. “Fue la gota que colmó el vaso de nuestra paciencia”, reconoció Arrufat. El diputado aseguró que siguen a disposición del Gobierno para mejorar la consulta alternativa, si bien no quieren ser utilizados como “un arma arrojadiza de unos contra otros”.

Mientras, Esquerra e Iniciativa mantuvieron ayer nuevos contactos para forzar a Mas a detallar cuándo convocará las elecciones si quiere su apoyo formal a la consulta del 9-N.

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