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Fagor activará las máquinas al cumplirse un año de su derrumbe

Extrabajadores de Edesa reclaman a Cata que reabra la fábrica de Basauri

Mikel Ormazabal
Exempleados de Edesa se concentran frente a la factoría en Basauri.
Exempleados de Edesa se concentran frente a la factoría en Basauri.luis tejido (efe)

Mediados de octubre de 2013: “Fagor hace temblar al cooperativismo”. Titulares con esta carga dramática anunciaban hace un año la decisión del fabricante de electrodomésticos, la joya de la corona de Corporación Mondragón (antes MCC) de acogerse al preconcurso de acreedores por ser incapaz de hacer frente a una deuda de 800 millones de euros. 5.642 trabajadores, repartidos principalmente en las plantas del País Vasco, Francia y Polonia se fueron a la calle. “Fue un mazazo para el cooperativismo. Nadie pensaba que el Titanic de MCC se iba a hundir. La desolación era terrible”, recuerda de aquellos días el diputado general de Gipuzkoa, Martin Garitano. “Aquello era desolador”, apostilla.

Un año después, la situación es otra, muy diferente. Resuelta parcialmente la liquidación de la cooperativa, el Juzgado de lo Mercantil de San Sebastián acordó adjudicar a la firma catalana Cata, del grupo CNA, parte de los activos industriales de Fagor. “Las máquinas ya están enchufadas. Solo falta la firma de los documentos de la compraventa, el paso previo a la contratación de los trabajadores, y comenzar a producir”, asegura un directivo de la citada compañía.

“No se puede decir aún que se han cerrado todas las heridas, pero parece que el ánimo de la gente, de los trabajadores, va recuperándose”, afirma Txema Elorza, un antiguo empleado de Fagor Electrodomésticos, ahora ocupado en una empresa ajena al grupo. El alcalde de la localidad, Inazio Azkarragaurizar, también es optimista: “El impacto en la comarca fue muy duro, sobre todo en el comercio y los transportistas. Ahora parece que el plan de Cata va en serio y eso permite ver una salida”.

El grupo cooperativo anunció en marzo pasado que había reubicado a 857 socios en 55 cooperativas, aunque esa cifra se ha ido reduciendo como consecuencia de la reducción productiva en algunas compañías de Mondragón. Ahora mismo podrían estar empleados en otras cooperativas alrededor de 600 extrabajadores de Fagor, además de las prejubilaciones que se han acordado durante este periodo. “Sigue la incertidumbre. Muchos compañeros han agotado un año de paro y solo les queda otro”, afirma Imanol Bolinaga, un veterano cooperativista recolocado en Fagor Ederlan.

Salvo el Gobierno vasco, que ha acogido con mucha confianza la propuesta que ha presentado Cata para reflotar la cooperativa, el resto de las instituciones prefieren mostrarse prudentes y acogen con cautela la salvación de todos los empleos directos e indirectos que se destruyeron con el cierre de Fagor.

Cata, que se hizo con los activos de Fagor tras ofertar 42,5 millones de euros y comprometerse a generar 700 empleos directos en 2017, ya ha contratado a más de medio centenar de personas, a los que se sumarán otros tantos cuando se haga oficial la transmisión definitiva de las fábricas, prevista para esta misma semana. Esto será así tras la decisión del juez de desestimar el recurso de la Seguridad Social contra el auto de adjudicación, en el que reclamaba a Cata el pago de cuatro millones por deudas que Fagor había acumulado con aquel organismo.

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La decisión de la compañía catalana de arrancar la producción en las plantas de Garagarza (Mondragón) y Eskoriatza con la fabricación de artículos de cocción y minidomésticos, respectivamente. Queda en el aire lo que ocurrirá con la factoría que tiene Edesa en Basauri, que no ha sido adjudicada a Cata y se mantiene en el proceso de liquidación que tramitan los tribunales, asegura un representante de Cata. La intención es dar continuidad a la reanudación de la producción de termos y calderas, especialidad de Edesa, aunque los actuales propietarios de Fagor no han fijado la fecha.

Esta incertidumbre llevó ayer a los extrabajadores de Edesa —la plantilla antes del cierre superaba los 200 operarios— recordaron el “compromiso” adquirido por Cata durante el proceso concursal de mantener la actividad en Basauri. Indicaron que el auto de adjudicación firmado por el juez y “la oferta suscrita por Cata” por esta firma se recoge el compromiso de reactivar “la actividad fabril de la planta de Edesa”.

Los concentrados valoraron “positivamente” la decisión de Cata de poner en marcha los negocios “viables” de Fagor, así como la inclusión de empleados de la planta vizcaína en el proceso de selección para contratar a nuevos operarios. Sin embargo, entre sus principales preocupaciones sigue estando el futuro de la fábrica de Basauri, por lo que consideraron “muy complicado” comprender las “llamadas a la calma” que ha realizado la consejera de Desarrollo Económico, Arantza Tapia. También se quejaron de que MCC les ha “marginado” en el proceso de reubicación de extrabajadores.

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Sobre la firma

Mikel Ormazabal
Corresponsal de EL PAÍS en el País Vasco, tarea que viene desempeñando durante los últimos 25 años. Se ocupa de la información sobre la actualidad política, económica y cultural vasca. Se licenció en Periodismo por la Universidad de Navarra en 1988. Comenzó su carrera profesional en Radiocadena Española y el diario Deia. Vive en San Sebastián.

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