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Una mirada sobre las costuras de la Barcelona del desarrollismo

Vecinos de Nou Barris ayudan a reconocer las imágenes de la exposición de Sergio Dahò

Blanca Cia
Dos mujeres trasegando con cubos de agua en Montjuïc
Dos mujeres trasegando con cubos de agua en MontjuïcSERGIO DAHÒ

¡Pero si esa era mi casa¡ La exclamación de una mujer que se asomó a la Galería Visions de Barcelona, en una de las callejuelas del Gótic, sirvió para identificar una de las fotografías que forman parte de la exposición Sergio Dahò .Barcelona 1967 – 1972. Una mirada sobre la Barcelona de finales de los años sesenta y principios de los setenta del fotógrafo italiano que se posa en las costuras de la ciudad de aquel momento: en un Montjuïc lleno de barracas, en la difusa línea del Carmel, el Vall d’Hebrón, los barrios que empezaban a configurar Nou Barris –Canyellas, Roquetes- y y de Singuerlín en Santa Coloma de Gramenet.

La particularidad de la exposición es que las fotos que la componen – unas cuarenta -prácticamente han sido identificadas por vecinos que vivieron y personas que conocen esos barrios. “Tengo un recuerdo de las zonas pero identificarlo ahora con seguridad es difícil”, reconocía el fotógrafo mirando las imágenes. Dahò llegó a Barcelona en 1967 un poco por casualidad: “Tenía mucho interés por el urbanismo y la arquitectura, por mostrar el desorden urbano y las condiciones de vida de las personas que no eran nada buenas”, añade. El fotógrafo fue editor de revistas como Il Diafragma Il Fotógrafo y ha sido colaborador de revistas de arquitectura y decoración.

Su trabajo en Barcelona empezó con las barracas de Montjuïc. Con alguna imagen insólita como la de un camposanto en un fosar, debajo de las barracas: “Me dijeron que allí se enterraban a los que morían en las barracas y que también se dio sepultara a fusilados en el castillo”. Después de entrar en contacto con arquitectos y urbanistas saltó a los barrios: Carmel, Montbau, Canyellas, Turó de la Peira, entre otros. Con un punto en común, en todos ellos era evidente la huella del desarrollismo sin control. Bloques de pisos en terrenos sin urbanizar, calles que eran fangales, barracas al lado de edificios nuevos, torres de alta tensión, tierra de nadie urbana; pero con un matiz humano que aportan niños jugando o que posan para las fotografías, personas paseando o trabajando. Una imagen de la periferia de Barcelona de esas décadas que, en realidad, pervivió hasta la gran transformación de finales de los ochenta con la cita de los Juegos Olímpicos.

“Esta creo que era en el Carmel pero no sé dónde exactamente”, cuenta Dahò ante un primer plano de niños que saltan riendo y haciendo caras ante el objetivo de su cámara. Al fondo, unas suaves lomas. De las fotografías expuestas, esa es la única que no se ha podido identificar. “Como no venga alguno de esos niños –que hoy estarán rondando y pasando de los 50- y se reconozca…”, comenta Antoni Coll, responsable de la galería.

Coll se puso en contacto con el Archivo Histórico de Nou Barris para que colaborase con la identificación de las fotografías que se exhiben sin cartela. “A partir de ahí suponemos que fue el boca a boca porque venían vecinos y nos han ayudado a situar actualmente lo fotografiado hace casi 40 años”, puntualiza. Por ejemplo, una irreconocible calle de la Artesanía fotografiada por Dahò con un par de bloques nuevos, otras construcciones viejas y un niño que pasea con un caballo que es el lugar donde ahora hay unas escaleras mecánicas para salvar el desnivel. O una churrería en medio de un descampado y torres de alta tensión que hoy es una sección de Via Jùlia, u otra que muestra una tierra de nadie con el mercado de Montserrat al fondo, por donde hoy pasa la Ronda de Dalt. El caso es que el trabajo de identificación ha dado sus frutos.

Si en los cincuenta los referentes fotográficos fueron el centro histórico de Barcelona y los retratos a través de los objetivos de Oriol Maspons, Joan Colom y Xavier Miserachs, entre otros; Dahò mira los costurones de la periferia o de las otras Barcelonas. Contemplando algunas fotos del Carmel no cuesta imaginar al Pijoaparte de Juan Marsé en Últimas tardes con Teresa. Dahò también reflejó las diferentes formas de hacer urbanismo. Frente a una imagen de Montbau recuerda: “Estas viviendas bajas fueron construidas por una cooperativa de trabajadores para demostrar que el modelo vertical no era el único”. La imagen muestra la contraposición entre las casas de planta baja más un piso –que hoy en día siguen en pie- aprovechando el desnivel del terreno y, al fondo, algunos de los primeros grandes bloques de ese barrio de Horta-Guinardò.

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La exposición fotográfica se podrá ver hasta el 13 de noviembre. Las imágenes han sido digitalizadas por el Archivo Fotográfico de Barcelona a quien han sido cedidas junto con otros 487 negativos del trabajo que realizó Dahò. Y que todavía se tienen que identificar.

 

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Sobre la firma

Blanca Cia
Redactora de la edición de EL PAÍS de Cataluña, en la que ha desarrollado la mayor parte de su carrera profesional en diferentes secciones, entre ellas información judicial, local, cultural y política. Licenciada en Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona.

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