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Salud promueve que los centros públicos se abran a la sanidad privada

El CatSalut prepara una instrucción que pretende evitar las ‘puertas giratorias’

Jessica Mouzo
Protesta en el hospital Clínic en defensa de la sanidad pública.
Protesta en el hospital Clínic en defensa de la sanidad pública.Massimiliano Minocri

El Servicio Catalán de la Salud (Catsalut) ha puesto en marcha una instrucción para regular la actividad privada en todos los centros del Sistema Sanitario Integral de Utilización Pública de Cataluña (Siscat). Con el fantasma de las puertas giratorias —un paciente entra por la pública y acaba siendo atendido en el brazo privado del hospital— y las dobles listas de espera como telón de fondo, Salud recoge en su proyecto los supuestos y las condiciones bajo las que se permite realizar actividad privada en los centros de la red pública —incluido el Instituto Catalán de la Salud (ICS) y empresas públicas y consorcios (EPICs). “La actividad privada en los centros sanitarios del Siscat es éticamente aceptable siempre que se garantice el principio de equidad”, refleja la instrucción a la que ha tenido acceso EL PAÍS.

El CatSalut contempla que los centros del ICS y EPICs atiendan a pacientes previo pago siempre y que sean personas no beneficiarias de Sistema Nacional de Salud o se trate de servicios complementarios no sanitarios (como el cátering, por ejemplo). En cualquier caso, para evitar prácticas como las dobles listas de espera —si paga, el paciente es atendido más rápido—, Salud exige que haya una lista única.

En cuanto a los centros de titularidad privada del Siscat, el CatSalut no recoge más condiciones que la prohibición de acciones que comporten “competencia desleal”. Este es precisamente el motivo por el que la patronal de las clínicas privadas, ACES, denunció a Barnaclinic (empresa privada del hospital Clínic) en verano. En una alusión a las conocidas puertas giratorias , Salud añade que, para evitar “derivaciones desviadas o de carácter fraudulento o una utilización no legítima del derecho de opción”, los centros han de garantizar también “de forma efectiva y muy clara la separación de la puerta de entrada”.

La instrucción, aún en plena confección, ya ha encontrado los primeros escollos. Carme Navarro, responsable de la Federación de Sanidad de CC OO, aseguró ayer que la orden no contempla la ley de incompatibilidades del personal sanitario ni el uso de recursos públicos para llevar a cabo actividades privadas.

La presidena de ACES, Cristina Contel, tachó la instrucción de “lavada de cara” del departamento y criticó que solo haga referencia a centros del Siscat, al que no pertenece, por ejemplo, Barnaclínic. “En vez de marcar la línea roja y evitar que se haga actividad privada desde la pública, hacen desaparecer esa línea. Todos pueden hacer de todo”, concluye Contel.

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Sobre la firma

Jessica Mouzo
Jessica Mouzo es redactora de sanidad en EL PAÍS. Es licenciada en Periodismo por la Universidade de Santiago de Compostela y Máster de Periodismo BCN-NY de la Universitat de Barcelona.

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