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Partituras en Can Fargas

Las obras para convertir la histórica masía del Ayuntamiento en una escuela de música comenzarán a final de mes

Masía Can Fargas, en el paseo Maragall de Barcelona.
Masía Can Fargas, en el paseo Maragall de Barcelona.albert garcia

Las intensas protestas que durante los últimos 12 años han mantenido los vecinos del barrio de Horta contra el Ayuntamiento y su anterior dueño por el futuro de la masía de Can Fargas están a punto de dar su fruto. Las obras de rehabilitación para convertir el histórico inmueble del paseo Maragall en una escuela de música municipal se iniciarán a finales de mes.

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Las obras, asegura la Federación de Vecinos de Barcelona (FAVB), acabarán a finales del próximo año. “Así que podremos inaugurar las clases en el curso 2016-2017”, celebró ayer Montse Casellas, miembro de Salvem Can Fargas, plataforma vecinal que ha luchado durante más de una década contra los diferentes proyectos privados planificados para el edificio. Desde el distrito de Horta-Guinardó confirmaron ayer que la rehabilitación comenzará “en breve”, aunque no precisaron más información sobre el proyecto.

Las obras comenzarán cinco años después de que el Ayuntamiento de Barcelona, entonces dirigido por el socialista Jordi Hereu, expropiara la masía a la empresa inmobiliaria Unicompta, propiedad de una familia del barrio, la Vilaregut. “Por fin hemos conseguido que nos confirmen que se van a comenzar las obras”, celebró ayer Montse Casellas.

En un principio, los empresarios tenían previsto levantar una residencia geriátrica en el inmueble. El proyecto fue desestimado en el año 2000 por el Ayuntamiento, que consideró que las obras podrían dañar el edificio porque preveía levantar paredes en su interior y otra construcción en los más de 3.000 metros cuadrados de jardín romántico catalogado patrimonialmente. El plan, se quejaban los vecinos, podría afectar a la torre románica del inmueble, erigida en el siglo XI y declarada bien de interés cultural por la Generalitat, y la masía de 1.700 metros cuadrados que se construyó progresivamente a su alrededor.

El Consistorio expropió en 2009 la masía por cinco millones de euros
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Tras la primera negativa municipal, la empresa proyectó una escuela de hostelería, que en realidad, según los vecinos, habría sido un restaurante de lujo. Estos proyectos privados encendieron la mecha de la protesta vecinal, que acabó con la adquisición por parte del Consistorio de la masía. “Ha pasado mucho tiempo desde la operación del Ayuntamiento y temíamos que nunca se llevara a cabo la remodelación”, aseguró Casellas.

La expropiación fue celebrada por los partidos de la oposición, aunque con un pero: el alto coste de la operación. La inmobiliaria adquirió en 1997 el inmueble por 1,2 millones de euros a la única dueña de la masía, Ofèlia Roselló, hija de Margarita Roselló.

Santiago Fargas enviudó de un matrimonio en el que no tuvo descendencia y el último día antes de morir, aconsejado por el sacerdote, se casó con Margarita, transfiriéndole, además, la propiedad, que más tarde pasaría a su hija.

A pesar de que el Ayuntamiento intentó adquirir la masía a cambio del antiguo cuartel de la Guardia Urbana en Montjuïc, a la inmobiliaria no le interesó la oferta y el Consistorio acabó pagando cinco millones de euros.

CiU y PP criticaron que el Ayuntamiento no ejecutara en su día el derecho de tanteo y retracto, que hubiera permitido ahorrar al Consistorio cerca de cuatro millones de euros. Desde que la masía pasó a manos públicas, los vecinos se han quejado de la “lentitud” con la que el Ayuntamiento ha tardado en cumplir con su palabra de construir la escuela de música.

La plataforma Salvem Can Fargas recordaba ayer que con este anuncio el Ayuntamiento no da cumplimiento a todas las promesas que se hicieron de rehabilitación. “Nos han comunicado que el jardín romántico ni se tocará”, apuntó Casellas. Aun así, explicaron, la XII concentración de la plataforma, planificada para este domingo, ya no será “reivindicativa”, sino “festiva”.

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