_
_
_
_
_

Sol Picó hace olvidar los problemas del AVE en Girona

La enérgica 'One-hit Wonders' inaugura Temporada Alta 2014

La bailarina durante su interpretación del adagio de 'Barber'.
La bailarina durante su interpretación del adagio de 'Barber'.rojobarcelona

Divertido, fresco, imaginativo y con momentos de indudable fuerza coreográfica resultó One-Hit Wonders, el espectáculo de danza ideado por Sol Picó y el autor teatral Ernesto Collado, que en la noche del viernes inauguró el festival Temporada Alta en la Sala La Planeta de Girona. La Planeta es un espacio escénico para 167 espectadores que se llenó de un público variopinto joven y maduro predispuesto a pasárselo bien y la Picó no les defraudó. Tras la representación, mientras el público tomaba una copa de vino y jamón, comentaba que se trataba un espectáculo ideal para una velada de inauguración, ya que exige algo festivo y el alcalde de Girona, Carles Puigdemont, ironizaba con la inundación de la estación del AVE, One-Hit Wonders había puesto de buen humor a los asistentes.

El espectáculo transcurre en un escenario desnudo con el suelo blanco y presidido por tres bloques también blancos. Al principio la bailarina se sube a cada uno de estos bloques y aletea con fuerza, su gesto es duro y concentrado, se prepara para iniciar su vuelo hacia el éxito. A partir de este momento con una agilidad sorprendente enlaza la historia de su vida profesional y personal durante los últimos veinte años. Sus miedos, sus inseguridades pero también su valentía y sus verdades se expresan en clave de humor pero con una contundencia apasionante. En One-Hit Wonders la bailarina utiliza la voz de forma convincente y entabla elocuentes y divertidos diálogos con la voz en off de Ernesto Collado.

El desamor, la edad, la decrepitud física, las subvenciones, la crisis y la muerte son temas que se tratan con sutileza e ironía, sin caer en el folletín. Imaginativa la forma en que Sol inicia ese vuelo hacía éxito, ya que uno de los bloques se convertirá en un doble asiento de avión y magnífica la conversación que entabla con una pasajera imaginaria en este viaje. Los otros bloques también esconden sorpresas, uno al levantarse se convierte en un campo de cactus, sobre el que Sol bailará con los ojos vendados el célebre adagio de Barber, y el otro contiene dos botas de esquí que en los pies de la bailarina y coreógrafa toman una nueva dimensión. En todo momento Sol está acompañada en escena por el actor Joan Manrique, también autor de la escenografía. Él será su caballero, su azafato, su mosquetero y también el camarero que cortará el jamón para el público en un rincón del escenario, clara alusión a una de las primeras obras de la artista, Razona la vaca. Otras referencias serán de Bésame el cactus, La dona manca o Barbie Superestar, El llac de les mosques o Memorias de una puça, las obras más representativas de su dilatada carrera profesional.

En todo momento la artista hace gala del dominio que tiene de su cuerpo, que se convierte en instrumento de ese baile huracanado que idea su dueña. Un baile marcado por la danza clásica, la contemporánea y las artes marciales que se distorsiona y se reinventa constantemente.

Uno de los fragmentos más divertido es cuando la bailarina pregunta si hay fracasados entre el público, algunos espectadores levantaron la mano y ella eligió a tres jóvenes. La intención de la Picó era demostrar que juntos podían fracasar, pero fue todo lo contrario, su improvisado baile al compás de la canción Que me importa del mondo de Rita Pavone fue uno de los fragmentos más divertidos. También resultó de una gran seducción su baile de puntas, vestida de rojo, a ritmo de flamenco.

Al final de One-Hit Wonders Sol Picó, como buena valenciana, utiliza el fuego. Tras rociar con gasolina los alrededores del escenario, prendió una antorcha y comenzó un sensual baile con Manrique arrullados por el bolero titulado Algo contigo. Hacia el final del espectáculo la bailarina reflexiona sobre el ocaso de su vida profesional, y confiesa su deseo que este crepúsculo se reflejara en el cristal de su vaso de su gin-tonic; por lo que se vio ayer en La Planeta la artista, a sus 47 años, está lejos de su ocaso como intérprete y coreógrafa. Al finalizar One-hit wonders los calurosos y largos aplausos que el público brindó a Picó la obligaron a salir a saludar cinco veces.  Hoy repite, y del 10 al 12 y de 16 al 19 de octubre podrá verse en el Mercat de les Flors de Barcelona. No se lo pierdan.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_