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Biocultura

Un movimiento social que comienza en el paladar

La feria presenta las oportunidades del ecologismo en la gastronomía, la psicología y ocio

Eneko Ruiz Jiménez
Un expositor del primer año de Biocultura en Bilbao.
Un expositor del primer año de Biocultura en Bilbao.

Hacer cerveza en tu piso. Comer tomates sacados de la huerta natural solo cuando es época. Una sesión de kinesiología para encontrar los problemas creados por un mal comportamiento corporal. Montar grupos de consumo para compartir los alimentos en cestas semanales. Arar un huerto en un ático en plena ciudad. La ecología y el consumo responsable se ha convertido en un movimiento social presente en todo tipo de ámbitos, de la gastronomía a la cosmética. Su proliferación espera atraer este fin de semana a más de 20.000 visitantes a los pasillos del BEC de Barakaldo, donde se celebra la segunda edición de Biocultura.

Televisión 'bio'

Mercados, huertos colectivos, clínicas psicológicas y hasta una televisión. Los amantes del consumo ecológico y responsable forman un importante nicho que han encontrado en Internet una herramienta para mantenerse conectados e informados. TVbio nació hace tres años como un medio de comunicación web dedicado exclusivamente "a la ecología social y empresarial", y, poco a poco, ha ido ganando patrocinadores y un seguimiento que les anima a seguir creando contenido, explica su fundador y presentador Miguel Alcaide, que cubre en directo en vídeo, y de manera íntegra, la feria Biocultura.

Programas de cocina, entrevistas o consejos de salud son el estandarte de esta televisión que se apoya en marcas ecológicas y productores particulares para seguir funcionando económicamente. "Aunque no podamos abarcar todo, cubrimos un nicho muy concreto y eso nos beneficia. Conocemos al productor, que nos da publicidad y con el que colaboramos, y al cliente, que ve y compra", explica Alcaide, que es parte de un equipo de menos de diez personas que tiene su cuartel general en Valencia.

La feria, que cumple 30 años en Madrid y ha recalado también en ciudades como Barcelona y Valencia, trata de acercar al País Vasco un modo de vida en el que, como reconoce la vicepresidenta de Consejo de Agricultura y Alimentación Ecológica de Euskadi (ENEEK), Begoña Loizaga, la comunidad autónoma todavía está a la cola."El objetivo es cambiar los hábitos y hacerlos sostenibles. Cuando alguien prueba una comida ecológica, es como cuando un niño prueba una comida nueva", explican desde Biocultura. Te ganan por el paladar.

ENEEK trabaja junto al Gobierno vasco para sacar adelante el Plan de Fomento de la Agricultura Ecológica, con el que esperan "duplicar cara a 2016 el número de operadores agrícolas de 400 a 800 y multiplicar el número de productores más allá de los 25 actuales". Loizaga destaca que, aunque "Euskadi sea la región europea con menos calado, la oferta en sus tierras muy variada. Va desde el ganado hasta los vinos y txakolis ecológicos".

La feria Biocultura, con 250 expositores multisectoriales (un crecimiento del 20% respecto al primer año), es la oportunidad para dar a conocer este "modo de vida" que abarca todo desde los textiles a las energías renovables, pasando por el reciclaje, el turismo y la psicología.

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"Es una oportunidad para los distribuidores contacten con clientes directos; un escaparate para las empresas y una ventana para los curiosos que quieran cambiar sus hábitos de consumo", explica el director general del BEC Xabier Basañez: "El sector mueve más de 1.000 millones y no para de crecer". Los talleres, jornadas de yoga y recetas se combinarán, además, con conciertos de Kepa Junkera y Mamaterra, un espacio para los niños".

Biocultura incluye también masajes, terapias y talleres de estética.
Biocultura incluye también masajes, terapias y talleres de estética.

Ferias como Biocultura demuestran que el agricultor ha dejado de ser aquel abuelo que labraba los campos. La agricultura ecológica se ha convertido en un hábito que contagia a las ciudades y que se transforma en grupos de consumo colaborativo modernos. Por un módico precio —y con un funcionamiento similar al de las reuniones de tupperware— reciben semanalmente en su casa los mejores productos de la huerta (solo de temporada) en una bolsa que, por supuesto, nunca es de plástico. Es la vuelta a la raíz de una subcultura alternativa que trata de buscar alternativas al consumo tradicional.

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Sobre la firma

Eneko Ruiz Jiménez
Se ha pasado años capeando fuegos en el equipo de redes sociales de EL PAÍS y ahora se dedica a hablar de cine, series, cómics y lo que se le ponga por medio desde la sección de Cultura. No sabe montar en bicicleta.

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