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Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Una batalla ganada

Aunque nunca entrarán en razón, han retirado la ley de interrupción del embarazo

Aunque nunca entrarán en razón, han retirado la ley de interrupción del embarazo. Una batalla ganada por los diferentes colectivos que nos hemos movilizado contra este atentado a la dignidad de mujeres y hombres. La protesta ha logrado llegar a las filas del bando contrario, el propio PP, verdugo del ahora ya exministro.

Porque a la oposición social, canalizada a través de plataformas y otros grupos de denuncia, se ha unido el hecho de que con su proyecto de Ley de Salud Sexual y Reproductiva el señor Ruiz-Gallardón cometió un error que parece más inspirado en su propia soberbia que en la ideología de la derecha que representa. Su partido y sus “compañeros” de la derecha se han deshecho de él por torpe pero, sobre todo, porque ese error les iba a perder hacer votos.

La movilización contra la llamada Ley Gallardón no ha partido solamente del feminismo radical, como quieren hacer creer los portavoces de la derecha, en un perverso intento de ocultar que la protesta estaba dirigida a defender un derecho de la mujer, de cualquier mujer, sea feminista radical o integrante de un colectivo de amas de casa. De ser como ellos argumentan, hay que encuadrar a Celia Villalobos en las filas del feminismo radical.

Entre otros desatinos, el texto que el Gobierno defendía, pues no olvidemos que fue aprobado en Consejo de Ministros, contenía unas valoraciones sobre la capacidad o miseria del “nascituros” que se asemejaban más a una cuenta de resultados empresariales que a la inevitable existencia de fallos en algunas etapas del desarrollo embrionario.

La defensa del derecho de la mujer a decidir sobre su gestación ha tenido defensores en todos los sectores sociales. Además de la ineptitud del señor Ruiz-Gallardón, han sido las movilizaciones de numerosos colectivos, entre ellos la Plataforma Nosotras Decidimos, las que han denunciado el atropello que su propuesta suponía para las mujeres. Todo ello ha obligado a un Gobierno, que no olvidemos comulga con la Iglesia católica, apostólica y romana, en todos los sentidos, a dar marcha atrás y retirar ese proyecto que ningún beneficio reportaba a nadie, ni para mujeres ni para hombre, ya que ellos también participan, o al menos así debería ser, así se debería educar a los jóvenes, en el problema que supone un embarazo no deseado.

En tiempos como los que nos toca vivir ahora, en los que cada día aparecen nuevos motivos para la indignación, y con los escasos recursos con los que contamos para poder cambiar las cosas, anima comprobar que la movilización y la protesta son un instrumento eficaz. A pesar de que no podemos saber cuál es su peso real, está claro que la protesta es más necesaria que nunca. No se hubiera retirado la ley Gallardón si hubiéramos guardado silencio.

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Elena Martín López  es ginecóloga y fue directora de maternidad y gerente del Hospital la Fe de Valencia.

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