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La zarzuela que se canta en catalán

El TNC recupera 13 títulos de este género muy popular en Barcelona hasta la guerra civil para abrir su temporada

Uno de los ensayos de la obra que abrirá la temporada del TNC.
Uno de los ensayos de la obra que abrirá la temporada del TNC. Massimiliano Minocri

La zarzuela no es sólo chulapa madrileña ni un género teatral menor ajeno a la cultura catalana. Al contrario, fue una forma de teatro extremadamente popular en la Barcelona anterior a la Guerra Civil, que llenaba los locales del Paral·lel y se cantaba (también) en catalán. Esa es al menos la reivindicación del Teatre Nacional de Catalunya (TNC), que arranca la temporada el jueves subiendo al escenario una selección de 13 ejemplares de este género “ignorado y despreciado” por la historia, en palabras del director del teatro, Xavier Albertí. El espectáculo Per començar, sarsuela!, coproducción del TNC y la Escuela Superior de Música de Catalunya (ESMUC), retoma el modelo de la “función solidaria”; un experimento iniciado el año pasado con la obra Taxi… al TNC!,cuya recaudación (45.205,30 euros) se invirtió íntegramente en programas de inclusión social. Para ver la obra, que se representará en la Sala Grande del TNC hasta el domingo, es necesario reservar a través de la web, donde el espectador puede elegir la cantidad que desea abonar para la entrada (de 10 a 40 euros).

Las partituras que ha recuperado el TNC, y que se sucederán en el escenario a modo de degustación, llevaban casi un siglo acumulando polvo en los archivos de la SGAE. Rescatándolas, Albertí se propone combatir un estereotipo arraigado, el que identifica la zarzuela con el Madrid más castizo, “cuando en realidad ni uno solo de los títulos principales del género ocurre en la capital”, apuntilla. La zarzuela catalana, variante local de la opereta que causaba furor en Europa, fue un fenómeno urbano con carácter propio, inseparable de la idiosincrasia de Barcelona. “Aunque se tratara de dramaturgia popular, con historias de amor y escenas cómicas, tenía una tensión de fondo, la de un momento histórico convulso”, explica Albertí. El conflicto está latente, ya sea la Revolución Gloriosa, la guerra dels Segadors o la misma guerra civil: Les noies de l’Estatut, una de las obras recuperadas, tiene lugar mientras el presidente Macià proclama la República Catalana en la plaza de Sant Jaume. Al enterarse, un grupo de chicas que toma el sol en la Barceloneta corre hacia allí y entona la canción de l’Estatut.

Por extraño que parezca, el género de la zarzuela fue pionero en la normalización lingüística del catalán. Su enorme popularidad entre las nuevas clases urbanas contribuyó a la extensión del uso de expresiones y frases hechas en catalán, sobre todo en su época de esplendor en Barcelona, en los años veinte. Ése fue el momento que vio nacer obras como la Cançó d’amor i guerra del valenciano Rafael Martínez Valls, tal vez uno de los compositores de zarzuelas más conocidos; “tanto que no le hemos incluido en el repertorio”, precisa Albertí, quien remarca que es importante recuperar autores olvidados. Entre ellos, encontramos nombres como el de Nicolau Manent, cuya Fantasía sinfónica sobre los motivos de Josep Anselm Clavé abre el espectáculo; Joaquim Serra, autor de Tempesta esvaïda, una comedia lírica sobre la vida marinera; o Lluís Capdevila y Rafael Homedes, cuya zarzuela La falç al puny denunciaba, ya en 1931, las injusticias cometidas contra las clases proletarias.

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