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Sopa para el troncomóvil

Juergas y escondrijos con amigos. El músico se adentra en los lugares que han conseguido que sienta Madrid como su casa

Patricia Peiró
Stivel en su gasolinera habitual.
Stivel en su gasolinera habitual.Carlos Rosillo

1. Caripen. Antes de ser un restaurante era un tablao flamenco privado de Lola Flores. En los años ochenta con Antonio Flores lo usábamos de after hours. Su tata preparaba lentejas que engullíamos a las seis de la mañana antes de culminar noches intensas. En los camerinos había arcones con ropa de bailaores. Alguna de esas prendas la usé en conciertos de Tequila. Y una chaqueta muy bonita se la regalé a Ana Torroja y luego la usó en conciertos de Mecano. (Plaza de la Marina Española, 4).

2. Minabo. Es el restaurante japonés que tenía Santiago Segura. ¡Estoy deseando ver ya Torrente 5 y que tenga mucha suerte! En este lugar festejé en alguna que otra ocasión. El nombre gracioso no es obstáculo para disfrutar de una buena comida. (Caracas, 8)

3. Edificio abandonado en la glorieta de Rubén Darío. Habitualmente se hacía Casa Decor (una exposición anual de interiorismo y decoración). Allí festejé mi cumpleaños número 40. Les dije a los invitados que trajeran a sus amigos. Y vaya que si lo hicieron. ¡Vinieron alrededor de mil personas! Compré un kilo de marihuana y mientras producía el disco de La Oreja de Van Gogh, liábamos todos un porro detrás de otro, que luego se le entregó a cada invitado tras cruzar la puerta de entrada. Había muy buen rollo y es la fiesta más divertida a la que recuerdo haber asistido. (Alejo se refiere al frontón Beti Jai, Marqués de Riscal, 7).

4. La casa de Juan Cruz. Se trata del lugar ideal en Madrid para ver un partido del Barça.

5. El estudio de Clara y la consulta de Amalia Amago. Prefiero no dar más detalles sobre estos sitios, dejarlo un poco así, ambiguo. Aunque son dos lugares distintos, para mí son uno. Son complementarios. Ellas me guían y me dan los mejores consejos. Podríamos decir que ambas son mis gurús paganas.

6. El aparcamiento del mercado de la Cebada.Me gusta este sitio porque el perfume que lanzan las pescaderías del mercado hacen que aparcar junto a ellas sea una experiencia muy intensa. (Plaza de la Cebada).

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7. Peluquería Moderna. Siempre paso y la miro. Me encanta. Evidentemente, era moderna cuando abrió. Hace muchos años. Pero realmente sigue y seguirá siéndolo. Si tuviera pelo me gustaría cortármelo ahí. (Alcalá, 121).

8. Aeropuerto de Barajas.Desde siempre soy fan de los aeropuertos porque es el lugar donde empiezan todos los viajes. En este particularmente despaché a mi suegra.

9. Restaurante De María. A veces, cuando tengo morriña de la comida argentina, me voy a comer a este local, porque preparan el mejor lomo alto de toda la ciudad. Y casi siempre te encuentras con algún amigo, como Jorge Valdano o Tute Ostiglia. Y además me tratan muy bien, que nunca está de más. (Félix Boix, 5).

10. Gasolinera de la calle del Doctor Arce. Echo sopa para mi troncomóvil ahí de toda la vida. Y puedo decir que me ponen una gasolina muy sabrosa. (Doctor Arce, 30).

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Sobre la firma

Patricia Peiró
Redactora de la sección de Madrid, con el foco en los sucesos y los tribunales. Colabora en La Ventana de la Cadena Ser en una sección sobre crónica negra. Realizó el podcast ‘Igor el ruso: la huida de un asesino’ con Podium Podcast.

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