Buen baile para buenos fines
'El sur' tiene algo de lorquiano y lo intenta plasmar en sus personajes femeninos y en esa forzada visión solar del ambiente que, a veces, se ensombrece y llega a lo trágico.
La obra coreográfica El sur fue estrenada en 2005 y, sustancialmente, es la misma que ahora Ullate recrea y enmarca en una nueva producción algo aumentada, pero manteniendo los márgenes estilísticos de aquel original que significó su regreso a “lo español”, su inmersión en lo vernáculo desde una óptica de ballet contemporáneo que no es ajeno a las corrientes más actuales, desde Jiri Kilian a un todo estético donde también está contenida la influencia, y quizás el homenaje, a Antonio Gades y Carlos Saura.
En su trayectoria artística personal el zaragozano tiene la danza española como una de sus columnas básicas; estuvo en la compañía de Antonio Ruiz Soler y aprendió los bailes de Escuela Bolera, pero también frecuentó a otros artistas de esta especialidad. Todo eso fue dejando un rico poso, prismático y lleno de matices, de posibilidades de recreación.
ficha
Coreografía: Víctor Ullate; música: Enrique Morente; escenografía y vestuario: Pedro Moreno; luces: Nicolás Fischtel. Víctor Ullate Ballet. Teatros del canal. Hasta el 27 de septiembre.
En una época, Ulla te volvió con intensidad a esa raíz, e hizo su primera versión de El amor brujo (en diciembre estrenará la segunda), creó De Triana a Sevilla y Jaleos, dos piezas que se han seguido viendo con la conciencia de un verdadero repertorio, un derrotero que luego abandonó por otras vías.
El sur también tiene algo de lorquiano y lo intenta plasmar en sus personajes femeninos y en esa forzada visión solar del ambiente que, a veces, se ensombrece y llega a lo trágico.
No puede dejar de señalarse que aún la fuerte influencia de Maurice Béjart llega en la escena final, y recuerda vagamente pero con certeza, las escenas corales de la versión original de Bhakti, donde había ese corro en semicírculo y también las evocadoras vestiduras blancas.
La obra El sur tiene como protagonista a Josué Ullate, gallardamente acompañado en el argumento y en algunos duetos por la artista cubana Marlene Fuerte, una bailarina dúctil, sensual y de muy agradable presencia. Josué se afianza como figura masculina del conjunto y madura tanto en lo físico como en lo expresivo; en esta pieza, domina la escena de principio a fin, donde el argumento o libreto dramático a veces se licúa en una acción más bailada y abstracta, de conjunto y donde lo que parece importar más son los marcadores rítmicos.
La función del estreno, que llenó todas las butacas de la sala roja, tenía un carácter benéfico para dar fondos a la fundación del propio Ullate, que se ocupa de incentivar y dar becas a niños sin recursos que se inician en el arte de la danza.