_
_
_
_
_

El exalcalde de Reus se desmarca del ‘fichaje’ de Batesteza para el Sant Joan

El socialista Lluís Miquel Pérez dice que no conocía al arquitecto

Lluís Miquel Pérez.
Lluís Miquel Pérez.JOSEP LLUÍS SELLART

El exalcalde de Reus (Baix Camp), Lluís Miquel Pérez (PSC), se desvinculó ayer de la contratación del ex gerente de Infraestructuras de Servicio Catalán de la Salud (CatSalut), Jorge Batesteza, durante la construcción del hospital Sant Joan de la ciudad. Batesteza está imputado por blanqueo por cobrar 387.000 euros presuntamente irregulares del Ayuntamiento de Reus en concepto de asesoría técnica.

“Yo no lo conocía y no he firmado nunca ningún contrato al señor Batesteza. Sé que trabajaba porque después lo vi”, afirmó ayer Pérez, que acudió a declarar como imputado en el Juzgado de Instrucción 3 de Reus por los presuntos delitos de prevaricación, malversación de caudales públicos, blanqueo de capitales, falsedad documental y omisión del deber de perseguir delitos. Este juzgado instruye el caso Innova, en el que se investigan supuestas ilegalidades cometidas en el seno de las empresas municipales de la ciudad.

El arquitecto Batesteza fue contratado por el extinto holding municipal Innova a través del entonces director del conglomerado, Josep Prat, ex presidente del Instituto Catalán de la Salud (ICS), según detalló el juez en un auto el pasado 21 de julio. El instructor les impuso a ambos una fianza de 1,5 millones de euros. “No sé muy bien por qué estoy aquí. Se trata de si un asesor de las obras del hospital y project manager [Batesteza] estaba bien contratado o no. Este contrato no lo firmé yo, por tanto no tengo responsabilidad”, dijo el exalcalde tras declarar durante cuatro horas. Pérez añadió que el fichaje de Batesteza se realizó “bien”.

El arquitecto fue detenido por la Guardia Civil en julio del año pasado por estos hechos. Prat le habría adjudicado tres contratos a razón de 9.000 euros al mes más IVA. El arquitecto desembarcó en Innova en junio de 2007, tan solo un mes después de que abandonara su cargo en el CatSalut. Según el instructor del caso, los implicados “hicieron un uso torticero de su posición privilegiada para evitar los controles y fiscalización que se deberían haber llevado a cabo si hubiesen actuado dentro de los cauces de la ley”. A pesar de que los encargos se prolongaron de 2007 a 2010, en el registro de Innova apenas se hallaron cuatro informes hechos por Batesteza, que también estampó “unas pocas firmas” en actas de visita de obra. Para el juez esto “inclina aún más la balanza hacia la tesis de que se pagó por unos trabajos no realizados”.

La defensa de Batesteza alegó que los tickets de autopista (Innova le pagó 33 facturas por desplazamientos) probaban que estaba haciendo su trabajo. Pero el juez desmontó esa tesis: algunos de los tickets son de la autopista C-16 y de los túneles de Vallvidrera, que “precisamente no unen Barcelona, domicilio delproveedor, con Reus, domicilio del cliente”. Pérez ayer quiso quitar hierro al asunto: “Cuando dejó de trabajar para el CatSalut lo fichamos nosotros. Es una persona cualificada, que trabajaba internacionalmente. De los 180 millones de euros que costó el hospital solo tenemos una desviación de tres. Él tenía que vigilar que no se disparasen los costes”, explicó exalcalde.

En marzo de 2007, Pérez asignó a Euroconsult el seguimiento de las obras del hospital. Como gerente de Infraestructuras del CatSalut, Batesteza participó en la mesa de contratación. Un año más tarde, la empresa designó a un técnico externo, Batesteza. La “esquizofrenia contractual”, señaló el juez, es obvia. El arquitecto debía controlar, entre otras cosas, lo que hacía Euroconsult. Y, al ser contratado por esta empresa, Batesteza “cobraba por supervisarse a sí mismo”, apuntó el instructor del caso.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_