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Los bebés congelados de Sevilla murieron ahogados, según los forenses

La madre, principal acusada, alegó que uno de ellos falleció en el parto

Antonio J. Mora
La madre de los bebés, acusada de los dos asesinatos, tras ser detenida en 2012.
La madre de los bebés, acusada de los dos asesinatos, tras ser detenida en 2012.Paco Puentes

Los bebés nacieron con vida, pero ambos fueron ahogados. Tras ser envueltos en bolsas de plástico, fueron congelados. Este macabro relato ha cogido forma este jueves durante el juicio a la mujer acusada de haber asesinado a sus dos hijos recién nacidos, que fueron hallados por el padre en sendos frigoríficos de su domicilio en Pilas (Sevilla).

En sus declaraciones, los forenses que practicaron la autopsia a los pequeños han ratificado ante un jurado popular que los dos niños respiraron fuera “del claustro materno” y que, posteriormente, fueron ahogados. La madre, quien se enfrenta a penas de cárcel de 40 años por dos asesinatos con alevosía, defendió el miércoles durante su declaración que el primer bebé nació muerto y aseguró que no recuerda “absolutamente nada” del segundo embarazo.

Los dos forenses del Instituto de Medicina Legal de Sevilla han trazado las similitudes entre ambos partos (uno en junio de 2011 y otro sin fecha determinada). Han asegurado que los dos bebés, ambos varones, “eran un calco uno del otro” y que nacieron tras una gestación de 40 semanas. “Los pulmones tenían un color rosáceo, estaban expandidos y cubrían toda la cavidad torácica”, ha explicado uno de ellos como prueba de que nacieron con vida, versión que ha sido apoyada por expertos del Instituto Nacional de Toxicología. Según los forenses, la muerte de los pequeños “fue violenta, homicida y por sumersión con el 99% de posibilidades”. “El primer bebé tenía el estómago dilatado y un contenido acuoso, con origen en la deglución”, han argumentado los expertos. Precisamente, la única diferencia entre ambos cadáveres es que en el segundo niño no encontraron líquido en su estómago.

Según el testimonio de la madre, Sara L. H., en junio de 2011 dio a luz a un bebé en casa, concretamente, en la bañera. Aseguró que la llenó de agua “lo suficiente” para que el pequeño no se golpeara. “El niño nació muerto. Intenté reanimarlo pero no se movía”, afirmó la mujer antes de precisar: “No he ahogado a mi hijo. Eso es mentira”. Ante esta situación, la acusada decidió ocultar el cadáver en el último cajón del frigorífico. “Quería tenerlo cerca. No estoy de acuerdo con los enterramientos”, afirmó la mujer, quien según la fiscalía “mantenía intactas sus facultades cognitivas y volitivas” en el momento de los hechos.

El cuerpo del primer bebé fue encontrado el 9 de noviembre de 2012 por el entonces marido de la acusada. “Pensé que era carne de venado”, reconoció el miércoles durante el juicio el exmarido. Pocos días después, mientras limpiaba un arcón congelador de su casa, encontró el segundo cuerpo.

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Sobre la firma

Antonio J. Mora
Ha desarrollado la mayor parte de su carrera en EL PAÍS. Fue redactor en la delegación en Andalucía durante más de seis años y, actualmente, es portadista web. Licenciado en Periodismo por la Universidad de Málaga y Máster de periodismo de EL PAÍS, también trabajó en Diario Sur e Infolocalia. En 2009, ganó el premio nacional Alma de Periodista.

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