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Mas admite que la división del soberanismo perjudica la consulta

El presidente catalán reivindica para CiU el papel de "pared maestra" del proceso soberanista

Miquel Noguer
Mas, durante el Consell Nacional de CDC de este sábado.
Mas, durante el Consell Nacional de CDC de este sábado.Toni Albir (EFE)

Las imágenes de unidad de las fuerzas partidarias de la consulta soberanista catalana han sido durante el último año el principal aval a un proceso que hoy se tambalea por los desacuerdos sobre cómo hay que actuar cuando, previsiblemente, el Tribunal Constitucional suspenda la votación. El presidente de la Generalitat, Artur Mas, alertó este sábado de esta situación y admitió que el proceso político puede quedar tocado de muerte si los partidos que en su día pactaron la consulta —CiU, ERC, ICV y la CUP— siguen aireando sus discrepancias. “El consenso político está siendo el eslabón más débil de la cadena”, admitió el presidente catalán sin dejar de recordar que, en su opinión, la unidad de acción sigue siendo lo más importante.

A medida que se acerca la fecha de la previsible convocatoria de la consulta soberanista crecen las dudas sobre hasta qué punto aguantará la unidad de acción de los partidos soberanistas ante la impugnación de la votación. Mas y su entorno están intentando que Esquerra Republicana no se desmarque con el argumento de que lo que pretende el Gobierno es, precisamente, agrietar el bloque soberanista y acabar así con lo que hasta ahora ha sido la principal fuerza del soberanismo. Mas abundó este sábado en esta tesis ante varios centenares de cuadros de Convergència Democràtica, reunidos en el Consejo Nacional del partido.

El presidente catalán no ahorró en advertencias —y críticas poco disimuladas— a Esquerra Republicana, que ya se ve en la Generalitat si hay elecciones anticipadas. “La consecuencia de los cálculos partidistas en este momento no es estar en el Gobierno o en la oposición; el partidismo ahora tiene como consecuencia el hundimiento del país”, dijo dando a entender que no celebrar la consulta es el equivalente a una derrota colectiva de Cataluña.

En su discurso este sábado ante el Consejo Nacional de CDC para ratificar a Josep Rull como nuevo número dos de la formación, Mas reivindicó para su partido el papel de “pared maestra” del proceso soberanista y lanzó una dura pulla a sus socios de Esquerra Republicana a los que los nacionalistas reprochan cada vez más su poca disposición a “mojarse” y entrar en el Gobierno catalán. En un discurso llamando a la resistencia en un momento en que CDC está atrapada por el caso Pujol, Mas vino a decir que Convergència merece ser apoyada porque se está arriesgando. “Nuestro partido ha sufrido golpes y heridas porque somos el actor principal [del proceso soberanista]; los que no tienen ni golpes ni heridas es porque tienen un mero papel de espectador”.

El Consejo Nacional de CDC ratificó por 92,68% de votos a favor la nueva dirección convergente encabezada por su nuevo número dos, Josep Rull, que sustituye a Oriol Pujol, dimitido tras ser imputado por corrupción. Rull abogó por un partido “nuevo” y “refundado”, para lograr “un nuevo país” que sea “independiente y libre”. “Nos conjuramos en reforzar y refundar el partido. Queremos ser un partido nuevo para un nuevo país que queremos independiente y que queremos libre”, afirmó en su intervención.

Las consecuencias del caso Pujol planearon en todo momento en el acto de reafirmación que este sábado celebró CDC. Tanto Mas como Rull se refirieron al asunto para asegurar que la confesión del ex presidente catalán no minará el partido. El presidente catalán insistió en la idea de que el fraude fiscal confesado por Pujol es una cuestión personal y que no debe focalizarse sobre el conjunto del catalanismo. “Nunca una persona es más importante que un colectivo”, insistió. Antes del discurso público Mas se dirigió a los cuadros de CDC en una intervención sin cámaras. Fuentes presentes en el encuentro aseguraron que Mas admitió en este contexto que el caso Pujol sí perjudica a Convergència y al proceso soberanista.

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Lo que Mas intentó dejar meridianamente claro en público y en privado es que la consulta no puede ser sustituida por unas elecciones anticipadas. Este sábado volvió a asegurar que los comicios no están en su agenda. Sus socios de Esquerra Republicana optaron ayer por echarle una mano y lanzar un mensaje similar. La secretaria general de los republicanos, Marta Rovira, aseguró que tampoco están por disvolver el Parlamento. “Aquí no se han convocado ni se convocarán elecciones (anticipadas), sino una consulta. Esto no va de partidos políticos, va de que los ciudadanos decidan en qué país quieren vivir”, señaló.

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Sobre la firma

Miquel Noguer
Es director de la edición Cataluña de EL PAÍS, donde ha desarrollado la mayor parte de su carrera profesional. Licenciado en Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona, ha trabajado en la redacción de Barcelona en Sociedad y Política, posición desde la que ha cubierto buena parte de los acontecimientos del proceso soberanista.

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