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Manzanares defrauda en Vista Alegre

Morante, algo más entonado, tampoco supo aprovechar una buena corrida de Núñez del Cuvillo

Morante de la Puebla este miércoles en la plaza de Vista Alegre en su tercer toro.
Morante de la Puebla este miércoles en la plaza de Vista Alegre en su tercer toro. FERNANDO DOMINGO-ALDAMA

Tarde de figuras en plena Semana Grande bilbaína con Morante y Manzanares rivalizando en un mano a mano que pudo ser de los de hacer época. De los de quedar grabado en la historia de Vista Alegre, porque a los dos toreros se les pasó el triunfo por delante y no supieron aprovecharlo. Si las figuras están así ¿qué se podrá pedir a los que no lo son?

A Morante le tocó un lote para acabar con el cuadro. De presencia terciada, nobles y con las fuerzas justas como para no molestar en exceso. Lo que necesita el sevillano para triunfar, pero se llevó una oreja y se fue tan contento.

Lo cierto es que el público también, porque les fue suficiente con una serie por la derecha, un molinete abelmontado y una trincherilla de ensueño. El resto de la faena careció de acople y se sucedieron muletazos tropezados con otros de buen corte. Por una u otra razón, no acabó Morante de exprimir a un buen toro de Núñez del Cuvillo.

Morante y Manzanares

Seis toros de Núñez del Cuvillo, terciados de presencia y de buen juego, salvo tercero y cuarto, y especialmente bueno el segundo.

Morante de la Puebla: estocada trasera y atravesada y descabello (saludos), pinchazo, media delantera, pinchazo, media caída y descabello (pitos) y buena estocada (oreja).

José María Manzanares: estocada (saludos), gran estocada (silencio) y pinchazo recibiendo, metisaca y estocada (saludos tras aviso).

Plaza de Toros de Vista Alegre. 20 de agosto de 2014. Tres cuartos de entrada. Quinta de las Corridas Generales

En el que abrió plaza tuvo el de La Puebla del Río otro buen ejemplar, con las fuerzas más que justitas, de los que no debió seguir en el ruedo, pero para gustarse y hacer el toreo de duende que él atesora. A veces la falta de energía del astado y otras veces las dudas del torero enfriaron la faena hasta que mal uso de la espada ahogo cualquier posibilidad.

Tampoco Manzanares aprovechó la ocasión. Mató de forma excelente, a cada estocada mejor, salvo en el sexto, donde no acertó en la suerte de recibir. Sin embargo con la muleta no fue su día. En su primero, un torito al corte de las figuras, mostró el toreo más despegado que se ha visto en los últimos años; tanto que hasta el benévolo público de Vista Alegre protestó. Ni con un estoconazo pudo paliar la pobre faena en la que se dejó ir a un toro de los de triunfo grande, el mejor del festejo y eso que el primero, el cuarto y el sexto también fueron buenos.

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En el que cerró el mano a mano sí dio una mejor talla, incluso por fin se lo pasó ajustado, pero la faena tuvo algunos altibajos, sobre todo con la izquierda y el fallo a espadas le privó de tocar pelo.

Tarde para haber salido de Vista Alegre toreando por las calles, para que los dos matadores hubieran sido sacados en hombros, pero ni Morante ni Manzanares supieron dar con las teclas adecuadas y la gente tuvo que contentarse con llevarse en la retina un ramillete de muletazos de Morante y el tercio de quites que protagonizaron en el quinto: a unas verónicas del sevillano, respondió Manzanares con unas buenas chicuelinas y Morante volvió para atropellarse por el mismo palo, pero dejar una gran media.

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