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El norte de los proyectos está en el sur

El nuevo plan para investigación orientará la financiación a los estudios que aporten beneficios

Ángeles Lucas

El norte de los futuros proyectos en I+D+i de Andalucía está en el sur. Los beneficios para la región serán la dirección a la que habrá que apuntar para conseguir la aprobación de las futuras ayudas para la investigación y la innovación de la Junta. La idea es que cada céntimo de dinero público que se destine tenga su futura repercursión en la población andaluza. "Los investigadores tienen que comprometerse con el desarrollo de Andalucía. Hay que orientarles, nuestros problemas están aquí. Hemos aprendido del anterior plan que hay que dirigir las ayudas hacia el beneficio de la región. Los retos están en que se busquen fórmulas para resolver los problemas económicos, sociales y ambientales de Andalucía y en hacer que se incorpore el sector privado a la investigación, entre otras líneas estratégicas", anticipa Francisco Andrés Triguero, secretario general de Universidades, Investigación y Tecnología de la Junta de Andalucía.

El texto sobre el que giran estas políticas de futuro en un único programa es el Plan Andaluz de Investigación, Desarrollo e Innovación (Paidi). Está concebido para generar conocimiento; desarrollar una cultura emprendedora y de innovación en universidades, organismos de investigación y empresas; mejorar el intercambio del conocimiento, e implicar a la iniciativa privada.

El primer Paidi, que se ha desarrollado de 2007 a 2013, ha dispuesto de 300 millones de euros de media al año en los últimos cinco ejercicios solo desde la secretaría para la I+D+i. A esa aportación habría que sumarle la de cada consejería, agencia o institución que haya participado en el Paidi, información que se tendrá en la memoria final.

Mientras, en la evaluación del plan realizada en 2010, se observó un incremento de un 23,7% de los grupos de investigación andaluces, hasta alcanzar los 2.153 proyectos de excelencia con una inversión de 255 millones de euros, se aprobó la Ley Andaluza de la Ciencia y se puso en marcha la Agencia Andaluza del Conocimiento, entre otros datos.

El próximo plan, para el que aún no hay presupuesto asignado por estar sujeto a políticas superiores, tendrá una vigencia de otros siete años, de 2014 a 2020, y se lanzará en marzo. El Consejo de Gobierno acordó el pasado diciembre iniciar los trámites para la elaboración del nuevo Paidi. Triguero, que será el que apruebe el nuevo plan definitivo, avanza que se mueven ahora en un marco europeo distinto al de años anteriores. El panorama europeo se centra ahora en tres ejes: el Horizonte 2020, -que plantea las bases de la competitividad y el desarrollo para Europa-, la política industrial y la Estrategia Andaluza de Especialización Inteligente RIS3. "Ahí queremos centrar los esfuerzos para crear más competitividad y mejor desarrollo económico y social andaluz", explica.

En la RIS3 se detallan las estrategias de innovación para el futuro europeo y está vinculada fundamentalmente con el papel de las pequeñas y medianas empresas en investigación. "Normalmente, las inversiones a investigación son dos tercios privadas y uno pública, en Andalucía es al contrario. El reto es conseguir que el sector privado invierta en I+D+i", matiza.

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En esa línea, Andalucía se enfrenta a un tejido productivo muy diferenciado por sectores, algunos que marcan a la región como la construcción, la agroalimentación o el turismo, y otros que están repuntando estos últimos años como la aeronáutica, la biotecnología o la alta velocidad. De ahí que la siguiente propuesta que lanza la Junta es comenzar a tratar los temas de forma transversal. "La realidad es compleja y hay que estudiarla así. Partimos de un tejido productivo atomizado, con sectores que hay que reformular con profundidad como la construcción, que necesitaría por ejemplo avanzar en ella con criterios de eficiencia energética, con la incorporación de nuevos materiales o implantando modelos de construcción menos contaminantes", detalla.

El grupo de investigación en ingeniería software dirigido por José María Troya, catedrático de Lenguajes y Sistemas Informáticos de la Universidad de Málaga, ha conseguido desde el primer año que se puso en marcha el Paidi la máxima financiación para los proyectos de su equipo. Los cuatro primeros años recibieron 100.000 euros y los dos siguientes 50.000 euros. "Lo que más se valora de nuestro grupo, que es de alrededor de 100 personas, es que mantenemos una actividad muy productiva, con varias líneas abiertas, con alto índice de transferencia de resultados y numerosas publicaciones de alto nivel", detalla Troya.

Basado en su experiencia, considera que el próximo Paidi debería valorar el que la financiación a los proyectos se oriente a la realización de productos finales, que no se quede solo en prototipos. "Y el reto de la transferencia tecnológica sería en hacer una buena selección de los proyectos", cree.

El equipo de Troya, cuyos proyectos superan los ocho millones de euros, tiene líneas de investigación abiertas con la Junta e instituciones nacionales y europeas. La participación de personal andaluz en proyectos de fuera de la región también se considera destacable. "Otro de los aspectos no deseables del anterior Paidi es el hecho de que se haya puesto mucha financiación pública en proyectos de excelencia y eso ha generado una disminución de presencia en equipos nacionales y europeos, aunque por otro lado se ha mejorado la cualificación porque ahora se están liderando proyectos aquí", valora Triguero.

Entre los resultados de esa evaluación del primer Paidi también se vislumbra que algo más de la mitad de los grupos de investigación afirma haber participado en al menos una actividad de transferencia. La más numerosa, con un 38%, es el asesoramiento, seguida de los proyectos contratados (34%) y los proyectos cooperativos con financiación pública (30%). Y también se han incrementado la lectura de tesis doctorales, con un mayor peso de las mujeres que creció hasta alcanzar el 51,8% del total.

Para el próximo Paidi, los grupos de investigación mantendrán las líneas de financiación, aunque en 2012 se suprimió la convocatoria temporalmente y su resolución está pendiente de publicación en el BOJA. "Por un problema informático y restricciones presupuestarias tuvimos que retrasarlo", justifica Triguero.

El equipo de más de 20 investigadores del catedrático de Historia Moderna de la Universidad de Sevilla Juan José Iglesias, que ya cuenta con financiación del Paidi, espera la publicación de esa resolución de 2012. "Tenemos planteado un proyecto que consiste en hacer una gran base de datos de personajes andaluces del siglo XVI al XVIII que sea interactiva y de consulta", explica. Es un proyecto que se ajusta al futuro, aplicable para la ciudadanía y vinculado directamente con la región.

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Sobre la firma

Ángeles Lucas
Es editora de Sociedad. Antes en Portada, Internacional, Planeta Futuro y Andalucía. Ha escrito reportajes sobre medio ambiente y derechos humanos desde más de 10 países y colaboró tres años con BBC Mundo. Realizó la exposición fotográfica ‘La tierra es un solo país’. Másteres de EL PAÍS, y de Antropología de la Universidad de Sevilla.

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