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marijaia y cía
Columna
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Marijaia Femen

Tenía que pasar. Estaba cantado. Llevamos décadas viendo a los diseñadores más exitosos peleándose por crear modelitos para que los luzcan las muñecas más populares del universo. Empezaron con Betty Bop, pero más tarde llegó la más estrellona, Barbie, —acompañada luego por Ken, sobre el que han corrido ríos de tinta— y como el negocio parece ser un éxito y garantiza la salida segura en prensa de todos los participantes, la nómina sigue creciendo y cada año se van sumando al evento un montón de personajes. La última ha sido la gran Marge Simpson. Por obra y gracia del artista Alexsandro Palombo, la encantadora heroína de papel (concretamente de papel amarillo) acaba de salir en Vogue enfundada en vestidos legendarios de Thierry Mugler, Chanel, Saint Laurent o Gaultier, entre otros, y sus imágenes están dando la vuelta al mundo.

¿Y quién faltaba, a ver, quién tenía que ser la siguiente? ¡Exacto: Marijaia! Así que para esta Semana Grande, el Ayuntamiento, las comparsas y las asociaciones de comerciantes y hosteleros le han diseñado un estupendo traje violeta, antisexista, que le queda como un guante.

Cristóbal Balenciaga decía que no hay mujeres feas, sólo mujeres mal vestidas. Y aunque es evidente que Marijaia no es en absoluto presumida, ni aspira a ser la It Girl del verano, a nadie le amarga un dulce y el lila es favorecedor siempre. Nos queda bien a las altas y a las bajitas, a las rubias y a las morenas, a las jóvenes y a las mayores. Y les sienta de cine a ellos, que están guapísimos con ese color.

No queremos que en Aste Nagusia se instale el sexismo que se ha apoderado de los Sanfermines y de otras celebraciones veraniegas. Que hay por ahí mucho tontolhaba que mientras canta lo de “cachete con cachete, pechito con pechito”, a lo bobo y como sin querer la cosa, echa a pacer la mano donde no debe y se pasa veinte pueblos.

Así que Marijaia ha decidido tomar cartas en el asunto. Ella no va a mostrar sus pechos desnudos, pero está más Femen que nunca. Y su mensaje ha sido clarísimo: “Aquí cabemos todos mientras sepamos respetarnos. Pero si lo que le gusta a usted es tirar cabras desde un campanario, o acosar a las mujeres, o hacer gala de su machismo, se ha equivocado de sitio. Aquí no todo vale, no todo tiene gracia porque se va con copas. Lárguese cuanto antes y con viento fresco, que a nosotros esas bromas no nos divierten. Cómprese unos euros de bosque y piérdase en él, caballero”.

Qué quieren que les diga, yo me la tomaría en serio. Esta señora sabe lo que dice.

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