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Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Referéndum taurino

Se debería exigir al alcalde de San Sebastián que sea coherente y permita que los vecinos manifiesten su opinión sobre las corridas

Por segundo año consecutivo se celebra la Semana Grande donostiarra sin corridas de toros. Por imposición expresa del partido político que gobierna el Ayuntamiento (Bildu) y connivencia de la oposición municipal (PNV, PSE y PP), que no está siendo coherente. Es obvio que los concejales de Bildu son los principales responsables del fiasco taurino, pero también tienen parte de culpa los ediles de los otros partidos políticos, incapaces de poner sobre la mesa una alternativa común. Las próximas elecciones municipales debieran ser el momento para que los aficionados a los toros manifiesten con sus votos lo que piensan de los partidos políticos municipales. Aunque, tampoco sería una mala idea que las peñas taurinas promoviesen su propio candidato a la alcaldía. Al mismo tiempo, tampoco se comprende porque las mismas asociaciones no convocan todos los 15 de agosto un acto de protesta a las puertas de Illunbe.

Pero antes de llevar a la práctica cualquier tipo de iniciativa, se debería exigir al señor alcalde que sea coherente con los principios que históricamente ha seguido el partido político en el que milita: la celebración de un referéndum para que sean los vecinos de la Bella Easo quienes manifiesten su opinión al respecto. Igual que promovieron la desanexión de Igeldo. Pues con referéndums se ha conocido que los vecinos de Deba, Zestoa y Karrantza (localidades gobernadas por Bildu) se han manifestado a favor de la fiesta de los toros. ¿Entonces porque que no se celebra una consulta de similares características en San Sebastián? Las imposiciones nunca son buenas a parte que recuerdan a otros tiempos no muy lejanos.

Porque en la capital de Gipuzkoa, guste o no, desde hace más de 200 años, las corridas de toros han sido las principales herramientas de atracción de turistas. Las únicas interrupciones de esta clase de espectáculos se produjeron con motivo de la guerra carlista de 1875, durante el primer año de la Guerra Civil, y a lo largo de los 24 años que transcurrieron desde la desaparición del Txofre y la inauguración de Illunbe.

A parte de que existen distintas variantes a la lidia tradicional que con un poco de imaginación se podrían haber programado, como corridas de toros a la portuguesa (en las que no se estoquea el burel), ferias de rejoneadores, festivales de recortadores, puesta en escena de la opera Carmen...

Antonio Fernández Casado, es autor del libro Diccionario Taurino Guipuzcoano (De la plaza de toros de Arrasate- Mondragón al torero pintor Ignacio Zuluaga).

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