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Mas: “No hay plan B; el plan es votar”

El presidente hace balance del curso y dice que "la recuperación tiene acento catalán”

Artur Mas, hoy en Barcelona.Foto: reuters_live | Vídeo: ALBERT GARCÍA | el país - live!
Miquel Noguer

La etapa de distensión que Mariano Rajoy y Artur Mas abrieron la semana pasada con su reunión en la Moncloa no modifica en nada el plan soberanista de la Generalitat. El presidente catalán dejó claro ayer que la apertura de un diálogo con el Gobierno no sustituirá la consulta de autodeterminación que pretende convocar el nueve de noviembre. “No hay plan b; el plan es votar”, recalcó el presidente catalán en una conferencia de prensa que ofreció para evaluar el curso político.

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La cita entre el presidente del Gobierno y el de la Generalitat ya reveló que, si bien el diálogo entre ambas Administraciones quedaba desbloqueado después de meses de enfrentamiento, no había acuerdo sobre la consulta. Pero quedaban dudas sobre los pasos que seguirá Mas a partir de ahora. El Ejecutivo aprovechó para mostrar su confianza en que el presidente de la Generalitat no hará “nada ilegal”. Mas se empleó ayer a fondo para responder a esta afirmación.

“El señor Rajoy me dijo que la consulta no se podía hacer porque era ilegal. No será ilegal si ellos no la transforman en ilegal. En cualquier caso, la consulta se celebrará de acuerdo con una ley”, dijo Mas. Se refería a la ley catalana de consultas populares que el Parlamento catalán aprobará en septiembre y sobre la que Mas añadió ayer que no servirá “para declarar la independencia, sino para preguntar a los ciudadanos”. Esta distinción no es una cuestión baladí, pues la Generalitat lleva meses insistiendo ante el Gobierno de que es necesario organizar algún tipo de votación para distensionar el actual panorama político. Sus socios de ERC no admiten otro escenario. Después de la votación, siempre que el resultado fuera favorable a la independencia, la salida a la situación tendría que darla una negociación política entre Gobiernos.

Si bien el discurso de Mas no fue sustancialmente diferente del de otras ocasiones, ayer sí se mostró especialmente contundente respecto a la celebración de la consulta. Dejó claro que no solo la va a convocar, sino que esta también debe celebrarse y que esto se hará “dentro de la legalidad”.

“Siempre he dicho que la consulta será legal. Espero que no busquen entorpecer la legalidad catalana ni hundirla”, dijo Mas. Con todo, admitió que, una semana después de su reunión con Rajoy, no tiene ningún indicio de que el Gobierno rebaje su oposición a la consulta y se replantee su impugnación.

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Mas compareció ante los periodistas por tercera vez en nueve días, un periodo marcado por la irrupción en escena del caso Pujol de fraude fiscal. El presidente catalán insistió en asegurar que la fortaleza del plan soberanista no depende de los delitos que puedan acabar imputándose al expresidente de la Generalitat y reiteró una idea que viene defendiendo desde el primer día: que Jordi Pujol lleva 10 años fuera del puesto de mando, tanto en el Gobierno catalán como en el partido.

Con todo, al ser preguntado si teme nuevas revelaciones que puedan afectar a su Gobierno, llamó a los ciudadanos a hacer acopio de “fortaleza psicológica” para superar las “montañas de desafíos y pruebas” que se presentarán los próximos meses. “O tenemos fortaleza psicológica y de carácter como pueblo o acabaremos bajando la cabeza, y no para el tema de Pujol, sino para superar todas las pruebas que vengan”, recalcó.

Ahora la acción de la Generalitat se centrará en que la Diada del 11 de septiembre sea un éxito de participación. Mas llamó a los catalanes a que hagan transcurrir esa jornada “bajo el criterio estricto de la no violencia y el no vandalismo”, la corrección y el respeto por las ideas de todo el mundo. “Que nadie se despiste en los próximos meses porque cualquier incidente se magnificará”, alertó en un mensaje dirigido especialmente a los sectores más soberanistas.Con unas encuestas que apuntan a una victoria de Esquerra Republicana en Cataluña si ahora se celebrasen elecciones, Mas intentó sacar el perfil más presidencialista para transmitir la idea de que la consulta es solo una parte de su labor y que lo que realmente preocupa a su Gobierno es la salida de la crisis.

Buena parte de la intervención del presidente se centró en lanzar mensajes de optimismo ante una situación económica con señales de mejora. Aseguró que Cataluña es clave para la salida de la crisis de la economía española. “La recuperación económica tiene acento catalán”, dijo esgrimiendo que cerca de la mitad de los nuevos puestos de trabajo se han creado en esa comunidad. Su diagnóstico fue optimista en todo momento. “En Cataluña las cosas se hacen mejor” dijo para dar cuenta de la mejoría y para justificar que el empuje económico catalán sea, en este momento, superior al de otras comunidades. Esto también le permitió restar credibilidad a las previsiones que apuntan a problemas económicos serios si el plan soberanista sigue adelante. “Pese a lo que dicen algunos, la inversión extranjera en Cataluña es plenamente vigente y lo será más los próximos meses”, resumió.

El futuro del Gobierno de Mas es toda una incógnita. En teoría, la legislatura catalana no se agota hasta 2016 pero pocos confían en que aguante tanto, especialmente si no hay una salida pactada sobre el reto soberanista. El presidente catalán añadió ayer incertidumbre al calendario después de haberse mostrado partidario de agotar la legislatura: “No se pueden confundir los deseos con la realidad”.

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Sobre la firma

Miquel Noguer
Es director de la edición Cataluña de EL PAÍS, donde ha desarrollado la mayor parte de su carrera profesional. Licenciado en Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona, ha trabajado en la redacción de Barcelona en Sociedad y Política, posición desde la que ha cubierto buena parte de los acontecimientos del proceso soberanista.

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