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La lucha por recuperar el ‘Johnny’

La Fundación san Juan Evangelista culpa de la situación que propició el cierre del histórico colegio mayor a la entidad concesionaria de la gestión

El Colegio San Juan Evangelista, ayer, después del cierre.
El Colegio San Juan Evangelista, ayer, después del cierre.Kike Para

Un día antes del cierre, la escena resultaba un tanto grotesca. Por un lado, los estudiantes venidos al efecto para echar una mano en el desalojo; por otro, un grupo de chatarreros convocados por no se sabe quién, cada cual cargando a sus espaldas su parte de la memoria gráfica y documental del Colegio Mayor San Juan Evangelista.

 Abandonado a su suerte por efecto de la renuncia de la empresa concesionaria a seguir en su actividad, el popular Johnny pasó oficialmente a mejor vida el pasado 29 de julio. Una fecha que marca el fin de un mito y el comienzo de lo que toma la apariencia de un auténtico culebrón. Sobre la incertidumbre de los hechos sujetos a las interpretaciones interesadas, los documentos aportados por los miembros de la Fundación San Juan Evangelista. En ellos se habla del presunto incumplimiento de las obligaciones contractuales contraídas por Unicaja, la empresa concesionaria de la gestión colegial: “ni han dejado el colegio en perfecto estado, como prueban los cinco expedientes abiertos por Urbanismo”, matiza Juan Costa, vicepresidente y portavoz de la Fundación San Juan Evangelista, “ni han dejado nunca de ser los concesionarios, por mucho que ellos digan lo contrario”.

Ya en 2001, el Ayuntamiento realizó una primera ITE (Inspección Técnica de Edificios) de cuyo dictamen negativo se derivó la necesidad imperiosa de realizar obras de mejora en el edificio catalogado como “integral” en el Plan General de Ordenación Urbana, paso previo imprescindible para la obtención de la pertinente licencia de actividad; una licencia, añaden los interesados, de la que sigue careciendo la institución. Y lo que siguió: una espiral de promesas incumplidas, obras a medio realizar y expedientes administrativos ocultos bajo una capa de silencio que nadie de la fundación acierta a explicar. Envuelto en el más clamoroso de los silencios, el San Juan inició su viaje a los infiernos sin que las palabras de apoyo de la clase política, con la entonces presidenta de la Comunidad, Esperanza Aguirre, a la cabeza, sirvieran para mucho.

Una segunda ITE en 2011 vino a subrayar el mal estado de la edificación en lo que toca al estado general de fachadas, exteriores y medianeras, cubiertas y azoteas: “en otras palabras, Unicaja no había hecho nada”. Para José Joaquín Caerols, presidente de la fundación de antiguos colegiales, “Unicaja ha tenido siempre la intención de convertir el San Juan en una residencia universitaria de lujo aprovechando el prestigio y la historia del colegio, lo que es una perversión absoluta, y que los alumnos soportaran el pago, lo que es una perversión todavía mayor”. Un acuerdo del organismo complutense, una vez cumplido el plazo de 50 años otorgado a la entidad que preside Braulio Medel para la gestión del colegio, venía a exonerar a la entidad del pago del canon establecido para todos los colegios mayores en 2012. Dicho acuerdo contemplaba un nuevo plazo de 25 años para la concesión, en lugar de los 50 requeridos por la entidad bancaria, siendo aquel el máximo establecido por ley para un segundo mandato. La decisión, apunta Caerols, “fue recurrida judicialmente por Unicaja, que recibió a principios de julio el auto correspondiente en el que se le comunicaba que era concesionaria a todos los efectos hasta el 2038”. Unicaja ha declarado que que intentó buscar una salida pero que no ha sido posible.

El dossier aportado por la Fundación con el título Una década de desidia recorre la historia del conflicto, allá donde las intenciones de los unos se cruzan con la obstinada inoperancia de los otros. Un conflicto en el que los colegiales no han tenido hasta ahora ni voz ni voto: “todavía hoy, los colegiales están esperando a que Unicaja se ponga en contacto con ellos”, apunta Costa. El culebrón del Johnny no ha hecho sino empezar. A la espera de alguna respuesta por parte de los restantes actores en juego, la candidatura alternativa que encabeza la Fundación San Juan Evangelista se da un año de plazo para desenmarañar el “lío jurídico y administrativo” que envuelve a la institución tras 11 años “viviendo en la ilegalidad: la mayor dificultad va a ser encontrar a quien financie las reformas pendientes por un valor superior a los seis millones de euros”, apunta Caerols. Los miembros de la fundación insisten: “el colegio se va a reabrir”, asegura Juan Costa. “Son momentos difíciles, pero llevamos mucho tiempo trabajando en ello”. La candidatura colegial busca ahora nuevos apoyos en otras entidades afines “sin ánimo de lucro”, especifica su vicepresidente: “contamos con un nuevo y ambicioso proyecto educativo manteniendo el compromiso social que siempre ha caracterizado al Johnny. Ahora, el paso siguiente lo debe dar la Universidad obligando a Unicaja a cumplir con su obligación, de no ser así, deberá ser el erario público quien asuma los costes, y si no, los futuros colegiales del San Juan”.

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