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O Marisquiño espera superar los 100.000 espectadores

El festival acogerá la final de la Copa del Mundo de skate y una nueva programación musical

Un patinador observa los trabajos de instalación de las pistas
Un patinador observa los trabajos de instalación de las pistaslalo r. villar

El recinto portuario vigués está en plena transformación. En pocos días se convertirá en un trazado de circuitos y rampas para motos, bicicletas y monopatines porque el próximo 8 de agosto comenzará la décimocuarta edición de O Marisquiño, un festival protagonizado por modalidades deportivas de acción sobre ruedas y propuestas musicales orientadas hacia el rap y la electrónica. La mayor atracción de este año es la disputa, por primera vez en España, de una prueba puntuable para la Copa del Mundo de skate.

Será, junto con la que tendrá lugar en California el mismo fin de semana, la última del campeonato, pero como la viguesa puntúa doble, los atletas mejor posicionados en la tabla acudirán al Marisquiño para dar el salto final y proclamarse campeones en la pista homologada que se está acondicionando en el Puerto de Vigo, que cede el espacio. La ronda clasificatoria se celebrará el primer día, las semifinales el sábado por la tarde y el domingo se reserva para la gran final. El número 1 actual, el brasileño Kelvin Hoefler, está entre los que lucharán por tener un puesto en ella. "Empezamos a solicitar ser sede de la World Cup en 2008 y por fin lo hemos conseguido", cuenta el director del certamen, Carlos Domínguez, al frente del festival desde que, con un grupo de amigos aficionados al monopatín como él, decidió ir en serio con lo que tanto le gustaba.

A día de hoy, O Marisquiño tiene números grandes y un presupuesto de medio millón de euros, en el que Concello, Zona Franca, Deputación Provincial y Xunta aportan cerca del 30%, y que genera unos 600 puestos de trabajo directos. También son computables la reacción de los profesionales, ya que son 1.300 los deportistas internacionales que competirán en disciplinas deportivas como skate, BMX, flatland, saltos acrobáticos en bici de montaña, descenso urbano y motocross estilo libre, y la extraordinaria respuesta del público. Según los datos de la organización, en la edición anterior se acercaron a 100.000 espectadores y ahora confían en superar incluso esa cifra y propiciar un retorno económico estimado en 12,5 millones de euros.

Las claves son una programación insólita, prácticamente gratuita en su totalidad y que se desarrolla en el centro de la ciudad. Y con ello ha conseguido enganchar, sobre todo, al público adolescente, un sector de edad que maneja pocos recursos económicos y para el que no abundan las oportunidades de ocio. "Son nuestros mayores fans", admite Domínguez. "Creo que nuestro mayor logro es conseguir que estos deportes se tomen en consideración como una práctica profesional y no como un mero pasatiempo". Entre exhibiciones de graffiti y baile, la música es otro aliciente importante para ese público joven que llena la ciudad.

Por eso, otra novedad relevante es la celebración de dos ciclos de conciertos, al término de las pruebas, en el marco del festival: el cartel del Peirao de Trasatlánticos para las noches del fin de semana, con bandas de rap, punk y hardcore como los vigueses We Ride, 96'ers (Ourense), Hummano y Berri Txarrak, y en las madrugadas de jueves a domingo, las nuevas fiestas Off Marisquiño en el vestíbulo del Auditorio Mar de Vigo, los únicos eventos para los que hay que pagar entrada (5 euros), con DJs como Galis 115, bien conocido en la escena local, The Warriors, Alizzz, Nasty Mondays y DJ Nano, entre otros.

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