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Solo el PP defiende la liberalización de horarios comerciales

Borja Sémper critica las presiones que impidieron abir a Decathlon la tienda de Bilbao

El País
Protesta ante el centro de Decathlon este viernes en Bilbao.
Protesta ante el centro de Decathlon este viernes en Bilbao.Miguel Toña (EFE)

Todos los grupos parlamentarios vascos se han mostrado contrarios a la liberalización de horarios comerciales, excepto el PP que ha subrayado que "los tiempos cambian y la sociedad evoluciona". El parlamentario Borja Sémper ha recordado que Decathlon tenía derecho a abrir este viernes y, "por presiones, se le impidió ejercerlo".

En declaraciones a Radio Euskadi, el PNV ha denunciado por su parte el afán "recentralizador del Gobierno español", mientras que EH Bildu ha reivindicado "más soberanía". La parlamentaria del PNV María Eugenia Aguirrezabala ha criticado el afán "recentralizador de los Gobiernos de Madrid, sean de un color u otro" que "laminan la posibilidad de que Euskadi pueda hacer su propia regulación" en lo que se refiere al comercio. Ha recordado que la ley que establece el régimen de apertura del comercio vasco es de 1994, ha señalado que los comercios de menos de 150 metros cuadrados pueden abrir en ocho jornadas festivas al año, pero "hasta la fecha ha habido un acuerdo tácito según la cual nadie ha abierto".

En este contexto, ha remarcado que el Gobierno vasco "nunca ha estado a favor de la liberación de los horarios" porque, a su juicio, ello no implica más consumo, sino que "dificulta aún más la competitividad del pequeño comercio urbano y familiar". "La ley, si se modifica, no puede ser más restrictiva, porque aunque el Estatuto de Gernika fija como competencias exclusivas de Euskadi el desarrollo económico y la regulación del comercio interior, resulta que siguiendo el afán recentralizador de los Gobiernos de Madrid han venido dictando leyes básicas que laminan la posibilidad de que Euskadi pueda hacer su propia regulación", ha denunciado.

Asimismo, ha criticado que el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, haya dictado un real decreto ley de "liberalización y uniformización" de horarios "con la excusa de lograr una unidad de mercado a nivel estatal". "Ese real decreto ley está recurrido por el Gobierno vasco, pero mientras no haya sentencia, la liberalización de facto está dada", ha añadido.

Por su parte, el parlamentario de EH Bildu Xabier Isasi ha considerado que "el problema se puede resolver con un acuerdo entre las partes", ya que "el camino de la imposición del Gobierno de Madrid no va a solucionarlo". En este sentido, ha defendido que la liberalización de horarios provoca "más perjuicios que beneficios" y no va a traer consigo "mayores tasas de consumo". Por ello, ha indicado que la resolución del problema debe partir de los diferentes agentes". En su opinión, la liberalización de horarios es "la ruina de un montón de pequeños comercios", y pese a que Euskadi puede ser un destino turístico, tiene "características definidas, porque es un territorio pequeño y apostamos por un desarrollo económico en red". "Con este decreto se impone y se trata de uniformizar con el resto de territorios del Reino de España. La salida es más soberanía y tratar de promocionar el desarrollo comarcal, porque no queremos ser un destino turístico para compras en grandes centros comerciales", ha concluido.

El parlamentario del PSE-EE Txarli Prieto ha subrayado que, hasta la fecha, cualquier modificación legislativa habida en el conjunto del Estado no ha alterado lo acordado "de acuerdo a nuestras competencias en el País Vasco". "En estos momentos hay una modificación legislativa que alerta a la ciudadanía, a los trabajadores, a las empresas", ha indicado, para añadir que, de acuerdo con la ley vasca de 1994, estaba previsto que determinadas superficies pudieran abrir ocho festivos al año, "lo que no se ha usado porque no se ha visto necesario". A su juicio, pese a que Euskadi tiene un aporte del sector turístico, no precisa de "actividades comerciales generalizadas", ya que "nuestro caso no es el caso del Levante español". "Cuando se plantea esto hay una cierta alerta y una reacción de sindicatos y trabajadores que es bastante entendible porque el trabajo también se quiere conciliar con la vida social", ha defendido. Asimismo, ha manifestado que "si estos años, con nuestra ley, hemos podido trabajar armonizadamente, querer exagerarlo y llevarlo a situaciones difíciles no tiene justificación". Por ello, ha apostado "por mantener lo vigente y lo que ha sido uso y costumbre".

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Sémper ha recordado, por su parte, que la ley vasca de 1994, "con la cual el Gobierno vasco está de acuerdo", permite a los comercios abrir ocho festivos al año y ha reconocido que le "sorprende" que se hable de liberalización cuando se hace referencia a ocho jornadas anuales. "Eso no es liberalizar, sino regular", ha añadido.

Respecto a la situación generada este viernes en Bilbao después de que Decathlon renunciara a abrir sus puertas ante la presión de los sindicatos, Sémper ha remarcado que, según la ley del Parlamento vasco, "tenía derecho a hacerlo" y "por presiones, se le impidió ejercer un derecho que tienen por ley". Asimismo, ha subrayado que, hasta la fecha, "el PNV ha estado de acuerdo con la apertura de ocho festivos al año". "Los tiempos cambian, la sociedad evoluciona y en el conjunto de Europa se avanza en que la gente pueda abrir su negocio cuando crea conveniente", ha finalizado.

Por su parte, el parlamentario de UPyD, Gorka Maneiro, ha reconocido que entiende "los argumentos de los pequeños comerciantes" y ha apostado por "avanzar en la buena dirección, respetando los derechos de todos". "Hay que avanzar en la libertad sin que ésta perjudique a miles de ciudadanos", ha indicado, para añadir que si algún grupo político quiere cambiar la ley vasca de 1994 "debe trasladar el debate al parlamento, y mientras tanto debe cumplirse", motivo por el que cualquier "boicot o amenaza debería de ser censurada". Por último, ha reconocido que puede haber margen para llevar a cabo un proceso de "liberalización mayor del que existe", pero "hay que hacerlo con mucho cuidado para no perjudicar al pequeño comercio", ya que, en su opinión, "un proceso de liberalización no incentivará la actividad económica y el consumo".

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