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Trabajadores de Bellvitge reclaman a Mas que frene los recortes en los hospitales

La junta de personal califica de "inhumana" la situación del centro

Foto: atlas | Vídeo: VIDEO: ATLAS

Alentados por el golpe de efecto que ha supuesto el atrincheramiento de una decena de pacientes en varias plantas del hospital de Bellvitge como medida de presión para evitar el cierre de 200 camas en verano, empleados y usuarios del centro han exigido al presidente de la Generalitat y a sus socios de ERC que se comprometan a frenar los recortes en salud, evitando que los hospitales públicos tengan que asumir el déficit generado el curso pasado. Según los sindicatos, en el caso de Bellvitge supondría un nuevo recorte 11 millones de euros.

Los trabajadores han interpelado directamente al presidente de la Generalitat, Artur Mas, ya que, después de haber ejecutado un recorte del 16% en la sanidad catalana, no consideran al consejero de Salud, Boi Ruiz, “un interlocutor válido”. “Con estos presupuestos no podemos dar la atención adecuada. Todo lo que está pasando en Bellvitge y en los demás hospitales es un problema de presupuesto. La intención del Gobierno es hacer ineficiente el sistema para justificar el traspaso de pacientes a la sanidad privada” ha criticado la delegada de Metges de Catalunya en el centro, Teresa Fuentelsaz. Los empleados han denunciado que mientras que el presupuesto de la Generalitat ha aumentado más de un 7% en los dos últimos años, la partida destinada a Salud se ha visto reducida en un 5,4%.

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Trabajadores y sindicatos han alertado que a causa de los recortes “se puede cometer algún error” en la asistencia a los pacientes. Según el presidente de la Junta de Personal, Ramón Montoya, el hospital ha perdido unos 500 trabajadores en los últimos cuatro años y “esto repercute en el servicio que se da a los enfermos”. La delegada de Metges de Catalunya ha ido más allá y ha asegurado que si siguen adelante los recortes previstos, en otoño “el centro no podrá garantizar, tal y como se venía haciendo hasta ahora, el plazo considerado óptimo entre que un paciente entra en el hospital y es operado, que es de un mes”.

En un nuevo capítulo en la guerra de acusaciones entre trabajadores y gerencia del hospital, Montoya también ha rechazado que los sindicatos “jueguen con las emociones de la gente” tal y como denunció el director gerente del centro, Alfredo García. “No utilizamos a las personas, solo estamos reivindicando el derecho a la asistencia sanitaria. En Bellvitge estamos llegando a una situación inhumana”, ha apostillado Montoya.

Los usuarios del hospital han animado a la resta de centros públicos a sumarse “a la marea blanca de Bellvitge” que ya han asegurado “seguirá adelante para frenar el desmantelamiento de un hospital que ha sido de referencia”. Esta mañana los trabajadores han confirmado que una trentena de pacientes han vuelto a acumularse en los boxes de urgencias esperando ser trasladados a planta. Los empleados aseguran que “aun así el centro prevé cerrar cuatro quirófanos y una unidad de críticos con 12 camas” en las próximas semanas”.

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