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RAP LATINO | Calle 13
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

La revolución será rimada

Más de 2.500 personas bailan y corean las consignas de una banda que no despoja de música sus versos, a menudo bien lúcidos

En este mundo hay gente para todo; incluso “anticuados que no bailan, quietos como momias”. Lo mencionan Calle 13 en la hipervitamínica Fiesta de locos, la pieza que les sirvió anoche para poner en marcha esa engrasada máquina que difunde consignas a través del regocijo. Muy pocos de los 2.500 espectadores que abarrotaban el Botánico de la Complutense podrían darse por aludidos: el flamígero Residente y sus diez aliados en escena (entre ellos, la compañera de rimas PG-13 y su medio hermano y retraído cerebro en la sombra, Visitante) invitaron a la excitación y el alboroto, al sudor desinhibido mezclado con proclamas acaso ingenuas, pero casi siempre muy lúcidas.

Decía Gil Scott-Heron en su título más visionario que “la revolución no será televisada”. Es probable que el puertorriqueño René Pérez suscriba desde chico esas palabras: entre otras docenas de cosas, sus versos también hablan de mordazas o noticias contadas a medias. Ayer renovó, en cambio, su fe en la rima como instrumento infeccioso para irle pegando un meneo a este asquito de mundo. No puede ser casualidad que su más reciente disco se titule Multiviral ni que, al calor de canciones tan abrasivas como palpitantes, surgieran lemas espontáneos entre el público contra la alcaldesa o de solidaridad con la población palestina.

El rap es un género repetitivo y agotador por naturaleza, pero Calle 13 no le niega la musicalidad. Hay una Cumbia de los aburridos, aromas de jazz tropical en Beso de desayuno, aires de pachanga verbenera en la efervescente El aguante o un estribillo de Silvio Rodríguez para Ojos color sol, anoche interpretado por Pucho (Vetusta Morla) en una aparición rara y dubitativa. Residente es provocador, ocurrente, sensual y lúbrico, incluso cuando el fresquete le aconseja no descamisarse. Y apenas utiliza la puñetera primera persona. Por eso merece la pena abrirle los oídos a pares.

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