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Madina derrota a Sánchez en la capital

“Nadie sabe muy bien qué está ocurriendo”, opinan en el PSM ante los movimientos internos de cara a las primarias de otoño

De izquierda a derecha, Pedro Sánchez, Tomás Gómez y la 'número dos' madrileña, Maru Menéndez, en Fuenlabrada en junio.
De izquierda a derecha, Pedro Sánchez, Tomás Gómez y la 'número dos' madrileña, Maru Menéndez, en Fuenlabrada en junio.Guillen (EFE)

El 60% de los militantes socialistas de la capital votó el domingo para elegir al secretario general del PSOE. Sólo el 37% respaldó al ganador, Pedro Sánchez, frente al 44% que optó por Eduardo Madina. José Antonio Pérez Tapias logró el 19% de los votos.

Madrid cobra especial relevancia porque, al contrario de lo que puede ocurrir a nivel regional —Tomás Gómez no tiene a día de hoy un candidato alternativo que le mueva la silla—, las elecciones primarias locales cuentan ya con dos candidatos (el actual líder municipal, Jaime Lissavetzky, y el sociólogo Enrique del Olmo) y otro que podría sumarse en breve (el diputado regional Antonio Miguel Carmona).

Del Olmo considera “desastrosa” la victoria de Sánchez, que achaca a “un pacto de los aparatos de Andalucía, Madrid y Valencia para que no se mueva nada”.

La principal consecuencia en la región será, en su opinión, que nadie disputará a Gómez las primarias para ser el candidato a la Comunidad. La ajustada victoria de Sánchez en la región pese al apoyo explícito de Gómez “ilustra la crisis del tomasismo y un debilitamiento importante en el control de su aparato”. “Sánchez casi pierde en Madrid, pero no por Sánchez sino por Gómez”, añade Del Olmo, que no ve un nombre alternativo para plantarle cara en las primarias pero sí “una masa crítica en su contra”.

Qué Gómez tiene un problema en la capital lo comparten incluso sus fieles que, sin embargo, distinguen la animadversión que pueda provocar el líder regional en los militantes del futuro político de Carmona en caso de dar finalmente el paso y disputar las primarias municipales.

El entorno del diputado regional valora como propio el apoyo de aquellos distritos que votaron a favor de Sánchez, pero también de algunos que optaron por Madina. Y ello pese a remarcar a continuación que Lissavetzky apoyó a Madina, lo que incluso podría haber molestado a Sánchez, añaden estas fuentes. El entorno de Lissavetzky defiende en cambio su equidistancia y añade que, en caso de haber apoyado a alguien, “se habría notado”.

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“El mapa político ha cambiado totalmente, las circunstancias son ahora muy diferentes”, señalan estas fuentes. “Nadie sabe muy bien qué está ocurriendo”, coinciden todos los consultados, tras ver cómo enemigos políticos acérrimos aunaban esfuerzos al tiempo que miembros de la Ejecutiva regional se desligaban de las directrices de Gómez.

“Los militantes han votado lo que les ha dado la gana, las tutelas han terminado, ya no hay instrucciones que valgan”, zanja un peso pesado socialista.

En general, hay cierto consenso en que Sánchez mantendrá las primarias municipales y regionales a finales de septiembre o inicios de octubre. Y pese a que durante la campaña el nuevo secretario general apostó porque en la capital sean abiertas (con participación no sólo de militantes sino también de simpatizantes), aún no podrá ser: haría falta cambiar los estatutos, algo que sólo puede hacerse en un congreso.

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