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“No le va a salir gratis a Churiaque”

Los consejeros del Tribunal de Cuentas críticos mantienen que el presidente se “extralimitó”

El lehendakari, Iñigo Urkullu, estrecha la mano del presidente del Tribunal Vasco de Cuentas Públicas, José Ignacio Martínez Churiaque.
El lehendakari, Iñigo Urkullu, estrecha la mano del presidente del Tribunal Vasco de Cuentas Públicas, José Ignacio Martínez Churiaque.David Aguilar (EFE)

José Ignacio Martínez Churiaque es consciente de que le silban las balas dialécticas dentro del Tribunal Vasco de Cuentas que preside. Para que se haga una idea del ambiente hostil que aún le espera, quienes le acusan de haberse “extralimitado” en su comparecencia del pasado mes ante la comisión de investigación de Epsilon advierten: “No le va a salir gratis, no se va a salir con la suya”.

Un año antes de que se cumplan los seis de su mandato ordinario —fue elegido en junio de 2009—, el actual pleno de este órgano fiscalizador es un campo de batalla ocupado en un lado por cinco consejeros —propuestos tres por el PNV y dos, por el PSE-EE— y, en el otro, un presidente dispuesto a resistir porque está convencido de que ha actuado “con el reglamento en la mano”.

Más allá del debate sobre la potestad de Churiaque para desmarcarse de la voluntad mayoritaria expresada por el pleno del Tribunal, en la encendida polémica subyace un componente político. Los críticos creen que el presidente “ha ido demasiado lejos” expresando unas opiniones que comprometen muchas decisiones de representantes del PNV en más de una institución. Incluso, hay quien ha situado a Churiaque como “muletilla política” del presidente de la comisión de investigación del caso Epsilon, Carmelo Barrio (PP), con quien se han cruzado algunos correos electrónicos comprometedores que no han pasado desapercibidos para PNV, sobre todo, y PSE. “No sé si tendrá algún compromiso con alguien”, insinuaron con absoluta intención desde el tribunal.

La oposición a Churiaque trata de buscar “una razón” al “cambio de criterio” que ha observado en el presidente sobre el fiasco de Epsilon. Fuentes ínternas reconocen que “inicialmente Churiaque nunca puso reproches al informe que se iba redactando”. No obstante, ya en diciembre del pasado año, el presidente del TVCP criticó en el Parlamento que “un proyecto privado lo pague el sector público”. Churiaque adfmitió que las ayudas se habían concedido siguiendo la legislación, pero cuestión que los ciudadanos han acabado pagando los fracasos del sector privado. Los críticos lo conceptúan “simplemente” como un “tema técnico”. “Se trata de un proyecto de I+D+I que no sale bien, pero que no ha incumplido con la legalidad”, reiteran.

Cada una de las dos partes en litigio cuida su estrategia en esta derivada del caso Epsilon

Con todo, el auténtico momento de fricción llegó hace un mes cuando Churiaque, también en sede parlamentaria, expuso un punto de vista contrario a las conclusiones del propio tribunal que preside. Y encendió la mecha al desvelar que faltaban 12 hojas en el documento final. “En realidad solo son siete y muchas de ellas con cuestiones repetitivas e incluso con consideraciones de él que no compartía el resto”, puntualizó uno de los cinco consejeros críticos. Ante las críticas que cuestionaban sus criterios, Churiaque protagonizó un hecho inédito: envió por primera vez al Parlamento el borrador de un informe.

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Cada una de las dos partes en litigio cuida su estrategia. Los críticos sostienen que “Churiaque juega con los medios y lo único que pretende es protagonismo y alargar los plazos porque sabe que solo le queda un año y está esperando a ver si hay algún cambio de posturas”. Desde la presidencia se ha optado por fiar su última palabra a las conclusiones de los informes jurídicos encargados para dirimir si se debe elevar al pleno del Tribunal el derecho de súplica que plantean los críticos.

“No puede creerse que es su chiringuito. Está acostumbrado por su condición de catedrático en la Universidad al ordeno y mando y aquí en 23 años no se ha producido una situación como la de ahora”, advierte uno de sus críticos. “Siempre ha habido votos particulares, se han defindido y se han conocido las posiciones, pero ahí ha pasado la barrera ofendiendo al Tribunal y a los técnicos”, añade. Churiaque fue decano y vicedecano en la Facultad de Económicas y Empresariales de la UPV/EHU y secretario general de esta universidad, entre otros cargos.

Alguna de las voces críticas reduce la actuación de Churiaque a la nueva correlación de fuerzas en este órgano fiscalizador. “Antes tenía la mayoría con el apoyo del PSE y del PP y así actuó con los informes del caso Margüello y al perderla ahora le da por la pataleta, demostrando que su comportamiento no está para trabajar en equipo”, subraya. No obstante, en el tribunal recuerdan cómo en 2009, en el arranque del mandato y en un momento político muy tensionado por el PNV tras la llegada del Gobierno López se vivieron “momentos de bastante bronca” hasta que alcanzaron “un acuerdo en el reparto de tareas que fue bastante equilibrado”.

Consciente, por tanto, de la intensidad del debate, Churiaque ha sorprendido al mostrar su disposición a explicar en el Parlamento su versión sobre el informe Epsilon y el trabajo del tribunal, precisamente ahora que ya se han aprobado las conclusiones de la comisión de investigación. “Actué siguiendo el reglamento”, ha dicho en su entorno cuando se le pregunta sobre el fondo de esta polémica. “Él ha montado este lío espantoso y él tiene que repararlo porque se ha jugado con la imagen del Tribunal y se ha equivocado”, exigen los críticos a Churiaque. Para este sector solo hay una solución para la tregua: “Que reconozca el daño causado a la institución”.

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