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FESTIVAL CRUILLA

Camellos y Fox Terrier

Band of Horses, Vetusta Morla y Calle 13, en la primera noche del Festival Cruilla

Un poema de Jack Prévert hecho canción por Jabier Muguruza habla irónicamente de música Fox Terrier y de música Cocker, también de música de Focas y de Salmón Ahumado. El Cruïlla de Cultures sería un festival también de Pastor Alemán, de Sapo Concho e incluso de Cachirulo atendiendo a la variedad de estilos que sonaron en el tramo nocturno de su primera jornada. Dependiendo del escenario visitado, parecía que el público se mimetizase con la banda que actuaba de manera que se pudo llegar a pensar que el personal se renovaba en cada concierto. Por supuesto esto no fue así, tan sólo ocurrió que la mirada “festivalera” está adiestrada en el monocultivo de una especie, sea Ratón o Pavo Real, y cuando lo que se abre ante los ojos es la pluralidad, éstos envían al cerebro información errónea. ¿Pueden triunfar en un mismo festival Damon Albarn, Vetusta Morla, Band Of Horses y Calle 13? Pues sí, cada uno en su nivel, pueden triunfar. Monos, sapos, perros y culebras. Y no, la realidad desmintió el título de la canción de Jabier Muguruza: Konzertuak frakaso egin du —El concierto ha sido un fracaso—y menos Albarn, que triunfó sin multitudes, los demás se impusieron ante un público numéricamente más que razonable.

Aún con todo la palma de la noche se la repartieron entre Vetusta Morla y Calle 13. Es quizás el triunfo de los primeros el que habla más de la personalidad del festival barcelonés, único por aquí que puede permitirse colocar a un grupo nacional de radio fórmula como cabeza de cartel y conectarlo abiertamente con el público. La banda madrileña, que realizó un concierto muy compacto, mostrando que domina su sonido, fruto de músicos con preocupaciones trascendentes que se ponen profundos a las primeras de cambio, es el máximo de experimentación que permiten los medios generalistas, mostrando una personalidad que vende riesgo en tetrabrick. Y lo hacen bien. La hiriente y por momentos irritante voz de Pucho, aquejado del mal de San Vito en escena, fija las atmósferas densas de un grupo que tiene un aire a los Radiohead menos retorcidos, y la propuesta, muy bien defendida por la banda, cuajó en el Cruïlla con un repertorio en el que abundaron canciones de su último trabajo, La deriva.

Después, tras un buen rato de excelente Música de Camello, la de los tuaregs de Tinariwen y su excelente blues del desierto, un sonido hipnótico trenzado con guitarras y voces, Calle 13 renovaron su éxito ante el público barcelonés, ante el que se estrenaron hace años en un Sonar. Tras el sonido denso de Vetusta Morla, Calle 13 oxigenó la noche con sus ritmos latinos y sus letras inteligentes escritas a pie de acera. Protesta con baile, sería su guión, perfectamente defendido por una banda con sección de metal y percusiones al frente de la cual volvió a imponerse la empatía de René Pérez (Residente), una máquina de recitar. En ese mismo escenario, antes habían actuado Band Of Horses con su música de Perritos de la Pradera, rock americano, en un concierto estimable. Así pues, el zoo ofreció música de todos sus animales, en una propuesta que tiene como objetivo lograr la fórmula idónea de un festival generalista, la única desatendida en el panorama festivalero local.

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