_
_
_
_
_

Un sol hipócrita

La belleza estética de la obra engulló las ideas de la coreografía de Hofesh Shechter en el Grec

Brillante, trepidantes y con unas gotas de acidez y pedantería resultó Sun del bailarín, coreógrafo y músico israelí, Hofesh Shechter, que bailó su compañía la noche del miércoles en el Teatre Grec. El sol de Hofesh es un sentimiento interior en el que se tejen derechos humanos, arte y filosofía. Un ambicioso cúmulo de conceptos expresados por un vital e insaciable baile que interpretan catorce magníficos bailarines y que acompaña una ensordecedora música de percusión ideada por el propio coreógrafo con la que se mezclan temas de Richard Wagner e Irving Berlin entre otros. La belleza estética de la obra engulló las ideas.

Al comenzar Sun, el coreógrafo muestra unos minutos del final de la coreografía, y una voz en off, en catalán, explica que pase lo que pase en escena al final todo acabará bien. Una forma de expresar la mirada hipócrita de un sector de la humanidad, que vive entre comodidades, sobre los horrores a los que están sometidos otro sector de los humanos, cuando todos viven bajo el mismo sol. De eso trata Sun, del poder del verdugo frente a la víctima, del dominio del hombre sobre el hombre. Para ello Hofesh muestra unos paneles en que se ven ovejas, que manipuladas por los bailarines forman rebaños, frente a otro que representa el lobo y otros que representan el colonizador frente al indígena. La voz en off repite diferentes mensajes a lo largo de toda la pieza.

SUN

Coreografía y música de Hofesh Shechter; Músicas adicionales de Irving Berlin, Richard Wagner, Sveinsson/Birisson/Holm//Dyrason. Escenografía de Merle Hensel; Diseño de Luces de Lee Curran; Vestuario de Christina Cunningham; Festival Grec 2014. Teatre Grec. Barcelona. 9 de juliol.

La idea de este espectáculo es original y su puesta en escena impecable. El brillo del diseño de luces proyectado en la montaña de Montjuïc era hipnótico y el vestuario a base de tonalidades blancas muy sugestivo. Sin embargo todo ello forma un todo demasiado hermoso para expresar la crudeza de las ideas que laten en este espectáculo. Por esta razón, el Sun de Shechter no logró golpear emocionalmente al público. Incluso el baile que tiene una fuerza visual extraordinaria al basarse exclusivamente en el trabajo coral no logra acelerar el corazón del espectador. Los fragmentos en que los bailarines danzan como si fueran marionetas para expresar la manipulación de unos hombres sobre otros no destila indignación soterrada o resignación es endeble. La obsesión de Hofesh por crear un espectáculo brillante como el sol le ha llevado a lograr que el mal tenga un brillo rutilante no creíble, le resta crudeza y realidad en pos del efectismo.

Este artista israelí está considerado como uno de los creadores más interesantes de la escena británica. Precisamente la primera vez que Hofesh actuó en Barcelona al frente de su compañía, siendo un desconocido, fue en el Sant Andreu Teatre (SAT), en el marco de la programación del Grec 07. Ahora ya ha vuelto en diversas ocasiones a nuestra ciudad convertido en un afamado creador. El próximo invierno presentará en el Mercat de les Flors un espectáculo que creó el año pasado en Barcelona, concretamente en una residencia en el Graner.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_