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El modernismo de Horacio Coppola

El Centro Andaluz de la Fotografía, en Almería, expone 124 fotografías del artista argentino

'Berlín, 1933', de Horacio Coppola.
'Berlín, 1933', de Horacio Coppola.

El Centro Andaluz de la Fotografía acoge la exposición Horacio Coppola. Fotografía, una muestra de 124 imágenes, cuatro películas y 12 libros-catálogo sobre la obra de Coppola (Buenos Aires, 1906–2012), el mejor representante de la fotografía argentina del siglo XX. En esta colección de arte, auspiciada por la Fundación Telefónica, se puede comprobar cómo con solo 16 años el fotógrafo argentino ya estaba imbuido en el espíritu de la modernidad.

La fotografía Mundo propio, del año 1927, ya refleja al artista moderno que se adivinaba tras el objetivo, pese a que aún no había viajado a Europa. Su longevidad —murió con 106 años— y su capacidad de rodearse y nutrirse de corrientes estéticas e intelectuales de principios del siglo XX hicieron el resto. “Fundó el primer cine club a principios de los años 30 y tenía contacto con los intelectuales del momento: Xul Solar, Victoria Ocampo, Borges. Hasta que el pintor Alfredo Guttero le animó a irse a Europa”, ha explicado la directora de arte de la Fundación Telefónica, Laura Fernández Orgaz.

Lo cierto es que Horacio Coppola ha pasado a la historia como el fotógrafo de Buenos Aries, merced al encargo que recibió de la ciudad para retratarla con motivo del cuarto centenario de su fundación. Coppola capturó con su cámara el espíritu de una urbe en ebullición en todos los planos: cultural, comercial, arquitectónico y social. Pero en ese despliegue fotográfico aplicó lo que aprendió en Europa, en el departamento de fotografía de la Bauhaus en Berlín, dirigido por Walter Peterhans. Los retratos de las metrópolis, las vanguardias, el gusto por la Nueva Visión fue el equipaje que traería de vuelta a Buenos Aires y que puede apreciarse en las fotografías que exhibe el CAF hasta el 14 de septiembre.

En paralelo, el CAF exhibe la exposición de Magdalena Carrera titulada La Rinconada, compuesta por 10 imágenes del municipio situado a 5.600 metros sobre el nivel del mar en el departamento de Puno, en Perú. La fotógrafa ha querido reflejar el “surrealismo” que destila este lugar apartado del planeta y cuya población —unos 40.000 habitantes— vive de una mina de oro ilegal que apenas da materia prima. “El 20% de la población es originaria de La Rinconada, pero el resto es una población flotante que en su mayoría son expresidiarios venidos de las fronteras colindantes de Bolivia, Chile y Brasil. Tierra de todos y de nadie, es un epicentro de ilegalidad y delincuencia, hombres en su mayoría alcoholizados como consecuencia de un trabajo peligroso y dudoso como es el extraer oro bajo unas condiciones de trabajo completamente ilegales y poco seguras”, ha explicado la autora

Una de las fotografías de Magdalena Carrera expuestas en el CAF.
Una de las fotografías de Magdalena Carrera expuestas en el CAF.

Simultáneamente a la exposición, se proyectará uno de los últimos y más recientes trabajos de Magdalena Correa: Un flâneur contemporáneo (Breve relato autobiográfico), con una duración de casi siete minutos realizado en 2014.

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