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Agua potable en peligro para 312.000 habitantes

San Sebastián y su comarca podrían quedarse sin suministro por el deterioro de la conducción Un proyecto de interés general sigue parado desde 2009

Mikel Ormazabal
Una joven abre el grifo en una fuente de San Sebastián.
Una joven abre el grifo en una fuente de San Sebastián.JAVIER HERNÁNDEZ

La vieja canalización que transporta el agua desde el embalse del Añarbe hasta los hogares de San Sebastián y toda su comarca (312.176 habitantes, casi la mitad de la población guipuzcoana) está en las últimas, plagada de fugas y filtraciones que exigen una solución “urgente”, aseguran los técnicos, para evitar el riesgo de sufrir una avería grave y dejar sin agua potable a la capital y otros nueve municipios de su entorno. El remedio a este problema está contemplado en un proyecto redactado hace 10 años y declarado en 2009 de “interés general” por el Gobierno central. Sin embargo, la obra está aún pendiente de ejecutarse.

El agua que consumen los donostiarras llega a través del llamado canal bajo del Añarbe, una conducción inaugurada por Francisco Franco en 1960, muy deteriorada en la actualidad. Son 11,5 kilómetros de conducción (6,7 kilómetros en túnel) que conducen el agua desde la presa hasta la estación potabilizadora de Petritegi, en Astigarraga, que abastece mediante cuatro ramales a toda la comarca de Donostialdea. “La infraestructura ha experimentado un constante y creciente deterioro, cuya reparación resulta dificultosa, ya que no es posible realizar operaciones de una duración superior a 12 horas porque supondría el desabastecimiento de la red de suministro a los hogares”, asegura en un informe el Ministerio de Medio Ambiente.

La solución pasa por desdoblar la actual conducción: soltar el agua al río Urumea hasta la antigua central hidroeléctrica de Lastaola, hoy en desuso y ubicada 15,7 kilómetros más abajo en Hernani, desde donde se impulsaría el agua a través de una estación de bombeo hasta la estación de tratamiento de agua potable de Petritegi (Astigarraga).

Esta alternativa está recogida en un proyecto de 2004, con un presupuesto de 19,7 millones y 25 meses de ejecución. Pese a las alertas de los técnicos de Aguas del Añarbe sobre el mal estado del canal —en 2003 se encontraron más de 200 fugas y grietas—, la obra no ha empezado.

El diputado socialista por Gipuzkoa Odón Elorza presentó a finales de junio una proposición no de ley en la que se insta al Gobierno central a “proceder a la licitación en el plazo más breve posible” de una obra de “carácter estratégico” destinada a “asegurar definitivamente el abastecimiento de 10 municipios”. En su propuesta recuerda que todos los trámites para acometer el canal alternativo están listos, incluida la compra de los terrenos y los permisos ambientales. De esa forma se podrían abordar reparaciones en el viejo canal “utilizándose mientras tanto la nueva solución para el abastecimiento de agua potable”.

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Sobre la firma

Mikel Ormazabal
Corresponsal de EL PAÍS en el País Vasco, tarea que viene desempeñando durante los últimos 25 años. Se ocupa de la información sobre la actualidad política, económica y cultural vasca. Se licenció en Periodismo por la Universidad de Navarra en 1988. Comenzó su carrera profesional en Radiocadena Española y el diario Deia. Vive en San Sebastián.

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