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La huelga de una auxiliar de limpieza paraliza el astillero de Navantia

La factoría deja de trabajar tres días porque la contrata no fijó servicios mínimos

Concentración ayer en Navantia por el paro técnico de tres días.
Concentración ayer en Navantia por el paro técnico de tres días.

Tres días empantanados por la suciedad. El astillero ferrolano de Navantia ha perdido los últimos tres días paralizado sin actividad en sus talleres y diques de reparaciones. Y no ha sido por falta de barcos, sino de salubridad. La huelga de Alcomar, la compañía auxiliar que se ocupa de la limpieza y el mantenimiento, ha puesto en jaque a la empresa principal durante 72 horas. Su protesta arrancó el pasado 26 de junio y en poquísimo tiempo colapsó la factoría. Con la mayoría de las taquillas, duchas y aseos cerrados por indicación de los delegados de prevención, los operarios se negaron desde el lunes a enfundarse el mono de faena porque las condiciones higiénicas dejaban mucho que desear. La cuerda entre Alcomar y su plantilla se tensó de tal modo que la firma no atinó a fijar los servicios mínimos y fueron los empleados quienes, por su cuenta, montaron un retén de emergencia para cubrir la enfermería y el puesto de bomberos y el mantenimiento de planta.

Con el grueso de la plantilla concentrado un día sí y otro también ante el edificio de dirección, Navantia optó por decretar un paro técnico que se estiró hasta ayer: tres jornadas completamente improductivas para una plantilla directa de 2.000 operarios inactivos por el derecho a la huelga de otros 99. “En 30 años trabajando aquí no recuerdo nada igual”, dice José Blanco, secretario del comité. Opina que han sido tres días hábiles “tirados a la basura” por una situación que no tiene precedentes y que es fruto de “la incapacidad” de Navantia para exigirle al contratista (Alcomar) que cumpla la concesión.

La huelga de la auxiliar llegó a su fin ayer tras un parón de seis días que atascó el astillero. La plantilla llegó a un preacuerdo con la empresa que, el mes pasado, se negaba a reconocerles el derecho a disfrutar de las vacaciones estivales con el 100% del salario, explica Daniel Varela, delegado de CCOO en el comité de Alcomar. Atrás quedan muchas horas de negociaciones para limar asperezas con el gerente de una firma asentada en Puerto Real (Cádiz), que ganó el concurso de Navantia con una oferta que rebajaba el presupuesto de licitación en 4,9 millones de euros, una bajada del 25% que los sindicatos calificaron de “temeraria”.

Antes del aterrizaje de Alcomar era Acciona la que se ocupaba de la limpieza, jardinería y mantenimiento en la factoría. El contrato rige desde el 1 de marzo y aunque la nueva firma subrogó a la antigua plantilla les impuso un ERE con una reducción de jornada y nómina del 40%. Es decir, trabajan todos los días pero sólo el 60% del tiempo habitual.

El comité de Navantia Ferrol, que ha respaldado la huelga de la auxiliar, tiene claro que la culpa recae en la “irresponsabilidad” de una empresa pública “que asistió impasible al recrudecimiento del conflicto” y exigen la dimisión de sus directivos en Madrid. “Esto es producto de un modelo de subcontratación centralizado que asume ofertas temerarias que pretenden acabar con derechos laborales”, resumen.

Y no es un problema exclusivo de Alcomar, advierte el comité, que acaba de denunciar que un buen pedazo del pastel de las obras del flotel se lo adjudicó Regenasa, una empresa de Vigo que presentó una oferta económica un 25% inferior a otras. La reacción de 23 auxiliares de la ría ferrolana fue pedir a su personal un “esfuerzo” que se traduce en una rebaja salarial poder competir “con las nuevas condiciones de contratación” del grupo naval.

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