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Botella desterrará a los bares de Azca y reformará el barrio con dinero privado

El Ayuntamiento ‘perseguirá’ a los locales por la “inseguridad subjetiva” y el exceso de ruido

La manzana de Azca, entre el paseo de la Castellana y las calles de Orense, General Perón y Raimundo Fernández Villaverde.
La manzana de Azca, entre el paseo de la Castellana y las calles de Orense, General Perón y Raimundo Fernández Villaverde.ÁLVARO GARCÍA

El Ayuntamiento de Madrid ha diseñado un plan para acabar con los bares de los bajos de Azca —la manzana de torres entre Nuevos Ministerios y el Santiago Bernabéu—, que prevé además remozar sus plazas con dinero de empresas de la zona y, más adelante, instalar pantallas gigantes en edificios y esculturas en el entorno.

Cinco años ha tardado el gobierno local (PP) en cumplir la sentencia del Tribunal Superior de Justicia que le obligó a solventar el exceso de ruido en Azca. En junio declarará el área como Zona de Protección Acústica Especial, un estatuto legal que limita la apertura de nuevos locales de ocio y el horario de los ya existentes. Extenderá además ese blindaje a los alrededores de la avenida de Brasil, algo más al norte, lo que ha enfadado a los hosteleros.

Pero la cruzada municipal contra los bares y discotecas de esa manzana de rascacielos, enquistados en un entramado de galerías subterráneas conocida como los bajos de Azca, se intensificará para “limitar determinados usos terciarios que son motor de problemas”. Los vecinos han denunciado que la docena de locales, algunos de grandes dimensiones, provocan no sólo ruido sino inseguridad, una queja respaldada por la Asociación de Empresarios de Ocio Nocturno (Noche Madrid).

Azca ocupa unas 20 hectáreas de superficie plagadas de “túneles, zonas oscuras y recovecos”, según la concejal del distrito de Tetuán, Paloma García Romero (PP), que achaca a ello la “inseguridad subjetiva” que perciben allí los madrileños pese a que, según dijo, la criminalidad no es superior a otras zonas de la ciudad.

La delegada del Gobierno, Cristina Cifuentes (PP), que se reunirá en breve con los vecinos, señala sin embargo que en esa zona sí hay una mayor incidencia de delitos de lesiones por las reyertas en el entorno de los bares, así como robos con violencia e intimidación. Se han puesto en marcha controles especiales de la Policía Nacional, que han rebajado la delincuencia.

La manzana tiene 1.800 vecinos, 27.000 trabajadores y un tránsito diario de 100.000 personas. Las medidas contra el ruido, que se extenderán a la zona de ocio de avenida de Brasil (en 700 metros hay 50 locales afectados, como Irish Rover y Moby Dick), beneficiarán a 10.500 vecinos.

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Los problemas de convivencia en Azca son “endémicos”, según el presidente de su asociación de vecinos, Luis Marín. “Hay 10 ó 12 bares y discotecas que causan inseguridad y conflictos, y no sólo por problemas de aforo o por el trajín de personas a las cuatro o cinco de la mañana”, añade.

Noche Madrid incide en que la zona concentra episodios violentos relacionados con bandas urbanas: “La configuración subterránea se ha quedado obsoleta y, al degradarse el patrimonio, han bajado los alquileres y se han generado guetos de ocio”. El PP prometió antes de las elecciones municipales de 2011 (que ganó con mayoría absoluta) instalar cámaras de videovigilancia; no lo ha hecho.

El plan municipal pasa por limitar los espacios conflictivos mediante el cierre al público de aquellos de titularidad privada que no sean de paso imprescindible. El Ayuntamiento pretende configurar itinerarios “que se perciban como seguros de día y de noche” para trabajadores y vecinos.

En cuanto a los locales “problemáticos”, se gestionarán expedientes de caducidad de licencias sobre aquellos “negativos para el ámbito”. Los establecimientos que lleven más de seis meses cerrados, no volverán a abrir. En cuanto al resto, se les someterá a un estricto análisis para ver si tienen todas las licencias preceptivas, si cumplen escrupulosamente la normativa, si no han hecho ninguna obra irregular, etcétera.

Cualquier motivo será bueno para cerrarlos, cumpliendo eso sí la normativa urbanística y sectorial, recuerda el Ayuntamiento.

Un museo al aire libre y pantallas gigantes en los rascacielos

Obras ejemplarizantes

El Ayuntamiento remozará las principales plazas de la manzana de Azca para allanar sus aristas urbanísticas, y acotará parte de sus accesos para que sólo los vecinos y servicios de emergencia puedan usarlos de noche.

A partir de esas actuaciones, que se harán entre 2014 y 2016 con dinero privado, se pondrá en marcha paulatinamente una ambiciosa iniciativa para revitalizar el área —sobre todo, fuera del horario laboral—. Se prevé instalar pantallas gigantes en los rascacielos —primero en el interior del ámbito y, quizá más tarde, en las fachadas de las grandes avenidas— para ofrecer (sin sonido) información cultural y económica; y convertir la superficie peatonal en un museo al aire libre (allí se ubican las salas del BBVA y Mapfre).

A corto plazo, sin embargo, el plan director para la Asociación Mixta de Compensación de la Manzana A de Zona Comercial de la Avenida del Generalísimo (Azca, que se construyó en los años sesenta) prevé sobre todo actuaciones para allanar esa transformación. El Ayuntamiento ha cerrado un acuerdo con empresas en el área (El Corte Inglés, Metrovacesa, Sacyr, etcétera) para que sufraguen las obras, que en su primera fase (hasta 2016) afectarán a las plazas de Pablo Ruiz Picasso (la de la torre con el nombre del artista) y Carlos Trías Bertrán (donde está el hotel Holiday Inn) y costarán 3,5 millones de euros.

Estas actuaciones son sobre todo ejemplarizantes: el Ayuntamiento admite que lo verdaderamente necesario sería abrir un corredor de la calle de Orense a los jardines interiores de Azca, y actuar sobre el sombrío entramado de corredores y sótanos, pero empezará por las plazas porque son públicas y pueden ilustrar su empeño de mejora.

En una segunda fase, sin fecha ni financiación, se actuará sobre el intercambiador de transportes de Nuevos Ministerios, el área de la Torre Europa y del edificio del BBVA, y la avenida de La Vaguada. Esta última se quiere convertir en un corredor comercial que concentre el aumento de suelo terciario que el Ayuntamiento permitirá en Azca pese a que el Plan General de Ordenación Urbana considera agotada esa posibilidad.

El Ayuntamiento ha detectado un déficit de instalaciones deportivas (faltan dos), educativas (faltan cinco), sanitarias (falta una), culturales (faltan dos) y para mayores (faltan cinco). Pero el plan sólo ofrece palabras vagas y promesas difusas. Tampoco concreta su proyecto para unir peatonalmente el Santiago Bernabéu y el cercano Palacio de Congresos, ahora cerrado.

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