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Los hospitales catalanes claman contra el cierre de camas

Trabajadores y pacientes de Bellvitge y Vall d’Hebron ocupan plantas para evitar las clausuras

Jessica Mouzo
Concentración de trabajadores y usuarios del Hospital de la Vall d'Hebron.
Concentración de trabajadores y usuarios del Hospital de la Vall d'Hebron.ALBERT GARCIA

Un nuevo alarido en defensa de la sanidad pública ha retumbado la mañana de este viernes entre los muros de varios hospitales catalanes. Centenares de trabajadores y pacientes han secundado con concentraciones y paros a las puertas de los centros sanitarios una retahíla de demandas para resarcir la empobrecida situación de la sanidad pública. El cierre de camas y las largas listas de espera a consecuencia de la política de recortes que ha aplicado el Departamento de Salud desde 2011 centraron las denuncias de los afectados.

Auspiciados por las plataformas en defensa de la sanidad pública, entidades sociales y asociaciones de vecinos, cuatro hospitales catalanes capitanearon la jornada de protestas. Usuarios y empleados del hospital Arnau de Vilanova de Lleida, del Verge de la Cinta de Tortosa (Tarragona), del Hospital de Mataró y del Vall d’Hebron de Barcelona coparon las respectivas entradas de sus centros sanitarios y exigieron la reapertura de las plantas cerradas de los hospitales. Además, una quincena de personas ocuparon la quinta planta de traumatología del Vall d’Hebron, cerrada desde hace dos años. “Se trata de una acción simbólica y silenciosa porque estamos dentro de un hospital y no queremos molestar a los pacientes”, explicó Josep Martí, ex director médico asistencial del centro y activista de las plataformas en defensa de la sanidad pública.

También en el hospital de Bellvitge se encerraron por la tarde una veintena de personas. El área de infecciosos, en la planta 12, fue tomada por los trabajadores y de acuerdo con la veintena de pacientes ingresados, para evitar el cierre de las 24 camas que el hospital tenía previsto clausurar hasta el final del verano. “En Bellvitge hay plantas cerradas y derivamos a los pacientes a hospitales como el Moisès Broggi de Sant Joan Despí o a centros 100% privados, que es el objetivo final de la Generalitat”, apuntó Manuel de los Riscos, delegado sindical de CGT en el hospital.

Los trabajadores del hospital Doctor Josep Trueta de Girona y del Hospital Germans Trias i Pujol (Can Ruti) de Badalona participaron en la jornada de protestas empapelando sus respectivos centros sanitarios con octavillas y carteles que denuncian los recortes en la sanidad catalana.

Las plataformas y entidades en defensa de la sanidad pública denunciaron que el presupuesto de Salud ha pasado de 9.874 millones de euros en 2010 a 8.289 millones en 2013, un 16% menos. Este recorte, explicaron los convocantes de las protestas, ha provocado “un aumento del 60% en las listas de espera quirúrgicas de los 14 procedimientos en garantía” y más precariedad laboral en el sistema sanitario. “Abriendo las camas cerradas en Bellvitge, Can Ruti y Vall d’Hebron, que son 500, con una estancia media de siete días, y cerrándolas en agosto, se podrían ingresar 23.500 pacientes más al año”, ha apostillado Martí. Según los convocantes de las protestas, en tres años, el Clínic ha cerrado 74 camas; Bellitge, 260; Vall d’Hebron, 130; Can Ruti, 115; y el Sant Pau, 106.

Las plataformas en defensa de la salud pública aprovecharon para denunciar también que, mientras a los hospitales públicos se les recortan los presupuestos en los últimos tres años “entre un 10% y un 15%”, los centros privados con afán de lucro “como el IDC/CAPIO, del que forman parte el General de Catalunya, el Sagrat Cor y la Clínica de Sabadell, se les ha aumentado el concierto de 71,1 millones a 127 millones, es decir, un aumento del 78,6%”.

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Sobre la firma

Jessica Mouzo
Jessica Mouzo es redactora de sanidad en EL PAÍS. Es licenciada en Periodismo por la Universidade de Santiago de Compostela y Máster de Periodismo BCN-NY de la Universitat de Barcelona.

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