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El reino de Poniente invade Callao

Los seguidores de ‘Juego de Tronos’ coronan a su rey al final de la cuarta temporada de la serie

Uno de los aspirantes al Trono de Hierro, ayer frente a los cines Callao.
Uno de los aspirantes al Trono de Hierro, ayer frente a los cines Callao. CARLOS ROSILLO

El sonido de las gaitas transporta a una tierra lejana, un continente lejos del ensordecedor ruido del metro y de los coches que atestan la Gran Vía madrileña.

Caminantes blancos, guardianes del muro, salvajes... Callao se transforma en Poniente, el continente ideado por George R. R. Martin en su saga de novelas Canción de hielo y fuego, más conocida por el fenómeno televisivo que ha supuesto su adaptación: Juego de tronos.

John Nieve, Aria Stark y Daenerys Targaryen observan el balcón de los cines. Es el día de la coronación. Un nuevo rey se sentará en el trono de hierro.

“Este es el último paso de una larga experiencia transmedia”, explica Berni Melero, jefe de comunicación multimedia de Canal +. “Todo empezó en febrero. Queríamos ofrecer a los seguidores de la serie una experiencia completa en la que ellos se convirtieran en los protagonistas de la aventura”, cuenta mientras observa el resultado de meses de trabajo: una plaza abarrotada de gente esperando las largas colas para disfrazarse y maquillarse como sus personajes favoritos.

Con la ayuda de Transmedia Storyteller, dirigida por Robert Pratten, han transformado el mapa de España en un gran lienzo donde trazar un ambicioso universo llamado 19 Reinos. A través de las redes sociales, los participantes tenían que elegir bando entre las diferentes familias y forjar alianzas para convertirse en el Rey de los Ándalos y los primeros hombres.

Y lo que es más importante, o al menos más codiciado, conseguir una entrada para el preestreno en pantalla grande del último capítulo de la cuarta temporada de Juego de Tronos.

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Los menos afortunados esperan pacientemente que haya un hueco para entrar. La fila de seguidores rodea la plaza. Alberto Fernández y Maia Lutilsky han sido los primeros en llegar. “Estamos aquí desde las cuatro”, confiesa él. Todavía les quedan cinco horas para saber si podrán ver su serie favorita una hora y media antes de que Canal + estrene el capítulo. “Merece la pena”, dice ella. Ambos se confiesan seguidores incondicionales de la serie, aunque ninguno de los dos ha leído los libros. “Lo prefiero así”, afirma Lutilsky: “No quiero saber qué va a pasar. Después de un capítulo, me paso toda la semana construyendo teorías sobre lo que viene después”. Y revela sus cábalas para el esperado final de temporada sin que se entere su compañero.

Ambos coinciden en que el mejor personaje es Tyrion Lannister, pero no se ponen de acuerdo sobre quién debería ocupar el trono de hierro. “Daeneris”, apuesta él. Algunos en la cola asienten con la cabeza. “Stannis”, opina ella, consiguiendo también un murmullo de aprobación. “Aquí va a haber conflicto”, bromea riendo.

María Romero está más tranquila. Sabe que tiene la entrada asegurada. Ha ganado uno de los sorteos de la cadena. “Si pasa lo que tiene que pasar, va a ser un capítulo bastante bueno”, pronostica. Juega con ventaja. Ha leído los libros y sabe lo que va a pasar. Aunque admite que se ha llevado algunas sorpresas con la adaptación televisiva. “Creo que la gente no espera lo que viene ahora. También he venido para ver las reacciones del público”, admite con una media sonrisa. “Van a flipar”.

El sonido de las gaitas resuena con más fuerza. Una mano asoma por el balcón. Edwyck, el personaje de los cinco episodios web que servían de guía a los guerreros twitteros, saluda desde lo alto a una audiencia que le jalea extasiada. En primera fila, 18 reinas y reyes. Los ganadores de cada comunidad o ciudad autónoma. Solo falta uno, el futuro rey. No se conocían hasta ahora, pero parecen íntimos. Llevan consigo una gran pancarta con un dragón y un lobo, los símbolos de las casas ganadoras.

“Ahora somos Starkgarien”, anuncia entre risas Loli Viquerira, de 44 años, con una imitación de la moneda de Aria Stark colgada al cuello. “¿Para qué vamos a matar si podemos ser amigos?”, coincide Marta Ortega, de 29. La khaleesi del País Vasco, como se autodenomina, abraza a la reina de La Rioja, quien aclara que ella en realidad vive en Vitoria. Y añade: “Ya sabes, los vascos nacemos donde queremos”. El griterío se hace murmullo. Edwyck pide silencio. “Empezó como Martell, pero ganó la guerra como dragón que es. El más trilero de los trileros. Saludad a vuestro rey: Lord Manuel Avilés”, grita. Y la gente aplaude enfebrecida. “Larga vida al rey”, vociferan los guardianes del muro. “Larga vida al rey”, corea el público en la plaza.

Avilés, vestido con armadura dorada y capa roja, ocupa su lugar en el trono forjado con espadas de hierro. Sonríe y admite que está “disfrutando como un niño”. Su momento de gloria se esfuma rápido y ya son cientos los que le piden paso porque, como en la serie televisiva, son muchos los que desean proclamarse rey de los siete reinos, de los Ándalos, de los primeros hombres...

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