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el futuro de las cajas

El presidente de BBK dice que “el bulo” de la privatización es “demagogia”

Xabier Sagredo entiende que “tenemos una oportunidad no un problema”

La fuerte presión liderada por formaciones abertzales contra el proceso de conversión de las cajas vascas en fundaciones bancarias ha motivado la irrupción pública, por primera vez en sus siete meses de mandato, del presidente de BBK, el nacionalista Xabier Sagredo, que se ha pronunciado por medio de un artículo enviado eset miércoles a todos los medios informativos de Bizkaia. 

Principalmente, Sagredo diluye todos los temores expresados desde la coalición soberanista y desde los sindicatos ELA y LAB. Para el presidente de BBK: “Tenemos una oportunidad, no tenemos un problema”. Y, desde luego, es tajante para desmentir la esencia del argumentario crítico de la oposición a estas fusiones cuando asegura que “el bulo de la privatización es demagogia pura y dura”, subraya.

Estas reflexiones de Sagredo han coincidido con una nueva movilización impulsada por sindicatos, encabezados por ELA y LAB. La cadena humana partió desde la sede del PNV en Sabin Etxea y transcurrió hasta la sede de Kutxabank en la Gran Vía bilbaína. Los impulsores de estas protestas informaron ayer de que ya se han reunido con PNV, PSE y EH Bildu, mientras que PP y UPyD se han negado y los presidentes de las cajas vascas y el de Kutxabank, Mario Fernández, no han contestado a su petición. No obstante, para el próximo 21 de junio anuncia una manifestación en Bilbao.

CC OO se abstendrá

CC OO no quiere tomar parte activa en la transformación de las cajas de ahorro en fundaciones bancarias, pero tampoco quiere impedirlo en el actual momento. La central que dirige Unai Sordo se abstendrá en los Consejos de Administración que BBK y Vital celebrarán la próxima semana para avanzar en la conversión de las cajas en fundaciones, porque no se garantiza “el control social” de las fundaciones.

También ha condicionado su postura en las asambleas que decidirán definitivamente al respecto, a los “compromisos” que partidos políticos e instituciones adopten respecto del futuro accionariado del banco. “Tras diversas conversaciones y negociaciones de última hora, en las que se han intentado conseguir compromisos políticos y concreciones en los propios estatutos de las nuevas fundaciones bancarias”, CC OO considera que no se dan las suficientes garantías para que se mantenga un control social de las fundaciones, y el control social de las mismas.

El sindicato dice “no apreciar garantías ni compromisos suficientes” para el mantenimiento de la obra social ni para mantener el control social en la propiedad del banco ni las condiciones laborales de las plantillas “como para avalar el nacimiento de las fundaciones bancarias”, sostienen.

Frente a esta dura oposición, Sagredo recuerda la motivación de esta nueva normativa que, según apunta, no deja margen a la interpretación. Eso sí, apela a “algunos partidos políticos y agentes sociales que aparquen la política en estos temas y que apoyen y respeten a los profesionales que durante 107 años han demostrado su capacidad de sacar BBK adelante”.

En su artículo, Sagredo admite que la reglamentación que debe aplicarse “condiciona el futuro de BBK y del resto de cajas”, pero que resulta ineludible. “La ley pone a BBK, propietaria del 57% de Kutxabank, deberes urgentes: convertirse en fundación bancaria; elaborar un protocolo de gestión que garantice una gestión profesional; elaborar un plan financiero que demuestre que la futura fundación podrá cubrir las necesidades de capital que el banco pueda necesitar si vienen mal dadas; diversificar sus inversiones (que hoy están solo en Kutxabank, con ese 57%); y, por último, y si quiere mantener este porcentaje en el banco, constituir un fondo de reserva, del que se desconoce su cuantía. Todo esto no es opcional ni negociable. Es lo que la ley indica que debe hacerse. Quien diga lo contrario, no dice la verdad”, destaca.

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Consciente de que el temor a una pérdida de la capacidad de BBK a partir de su conversión en una fundación, su presidente recuerda que esta entidad “seguirá como hasta ahora de accionista mayoritario de Kutxabank y garantizará el control vasco del banco”.

Además, en su reflexión no olvida el apartado de la obra social, por cuya viabilidad llegó a temer incluso el propio diputado general de Bizkaia cuando ofreció sus primeras reticencias al cumplimiento de la normativa por parte de BBK. Segredo precisa que esta obra social, la mayor de Euskadi, “no puede estar al albur de los ingresos indefinidos, sino que debe ser racional, sostenida y sostenible”. En su opinión, “con la consiguiente obligación de diversificación y con los activos estratégicos de país que para el banco son de difícil sustento podremos conseguir dividendos diferentes y podremos diseñar un plan financiero tendente, además de a la consolidación, a la recapitalización y a la gestión de un patrimonio mayor. En cuanto al gobierno de un patronato profesional, el presidente de BBK adelanta que será representativo de Bizkaia y rendirá cuentas ante el protectorado del Gobierno vasco y tiene asegurado el control público.

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