Una ciudad con ganas de bicicleta

No hace falta decir que la bicicleta está de moda. “Hace cuatro años, no se veían por Madrid; ahora es raro no cruzarse con una”, dice Pedro Vázquez. Además de creativo publicitario, Vázquez es un pedaleante comprometido e ideólogo del Festibal con B de bici, un evento con las bicicletas como protagonistas, que celebra su cuarta edición en Matadero Madrid con conciertos, paseos y debates a pedales.

“Creamos el Festibal para impulsar el uso urbano de la bicicleta de una manera lúdica y haciendo énfasis en la cultura de las dos ruedas”, recuerda el publicista Nacho Padilla los orígenes de la cita. Como Vázquez forma parte de Viernes, “un estudio de creatividad para proyectos de innovación social”, responsable del encuentro en colaboración con Matadero Madrid. Una cita que no solo reúne al panorama bicicletero capitalino en todas sus vertientes (hipster, familiar, deportivo o urbano) sino que, usando la bicicleta como excusa, invita a reflexionar sobre la manera en la que nos movemos en la ciudad.

En la presente edición a través del debate La bici pública. Madrid-Barcelona: para cambiar las cosas, mejor juntos, que tratará sobre el esperado sistema público de alquiler de la capital. Una iniciativa que colocará más de 1.500 bicicletas eléctricas en el interior de la M-30 y que se iba a aprobar el pasado mes de mayo. Desde el Ayuntamiento no se da una fecha exacta, pero parece que a finales de mes estará funcionando. “Hemos sufrido un retraso, pero estamos muy ilusionados con el proyecto”, comenta Elisa Barahona, directora general de sostenibilidad de la capital y una de las invitadas a debatir en Matadero.

Desde las 11.00 en la plaza del centro cultural se podrán probar diferentes velocípedos: de paseo, fixies, holandesas o de montaña… Así hasta una treintena de vehículos. Los que lleven mucho tiempo sin subirse al sillín o no lo hayan hecho nunca, menores o adultos, podrán apuntarse a la bici escuela. “Desde 2010 [cuando se celebró la primera edición], el festibal se ha hecho más potente”, resume Vázquez. Aunque su presupuesto no ha crecido, —se mantiene en torno a los 22.000 euros—, su programación, sí. Además del mercadillo de venta de bicis y complementos, los conciertos y el ya tradicional partido de bike-polo, aparecen actividades como un taller de decoración de manillares, de la mano de la diseñadora Peseta; una slow race, carrera de bicicletas que consiste en ir despacio, como a cámara lenta, y balkan fitness, una especie de clase de aerobic con música balcánica dirigida por “el gurú Atila”.

Rosalía Roio utiliza los tubos de varias bicicletas para hacer música y demostrará su arte en un concierto vespertino. El colectivo Mad City Rides sorprenderá con acrobacias o una exhibición de BMX. “Es una fiesta muy especial y al final hemos preparado una sorpresa muy divertida”, avisa Vázquez. La cita atrae a unas 5.000 personas y esto es solo la primera parte. Han bautizado esta edición como Tándem, en referencia a las bicicletas para dos, y a que el Festibal tendrá una secuela el 13 de septiembre. “Es evidente que Madrid tiene muchas ganas de bici”, concluye Vázquez.