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El grupo que no existió

‘La Palangana’ reivindica a un colectivo de efímera vida pero imborrable herencia en la fotografía

'Veraneo, Santander' de Gerardo Vielba, miembro de 'La Palangana'.
'Veraneo, Santander' de Gerardo Vielba, miembro de 'La Palangana'.

Decía el diario del Régimen El Alcázar en 1959 a pie de página de la imagen fundacional del colectivo donde se ven los rostros fotografiados de los miembros nadando en una palangana: “Se proponen organizar exposiciones, reunirse en coloquios amistosos y no hablar nunca de técnica fotográfica (…) en el reglamento que han aprobado ellos mismos, hay una cláusula que dice que esta sociedad no podrá ser nunca ampliada. Porque, como se demuestra en la fotografía, tienen que caber en una palangana”. Humor y chanza para un colectivo que casi sin vida revolucionó la fotografía en nuestro país. Salía España de la autarquía, comenzaba el plan de desarrollo, empezaban a llegar libros de Cartier-Bresson, de Richard Avedon, de Walker Evans y unos jóvenes fotógrafos que se movían entre el amateurismo y la profesionalidad decidieron remover las aguas. Pero sin alharacas.

Leonardo Cantero, Gabriel Cualladó, Francisco Gómez, Ramón Masats, Francisco Ontañón y Joaquín Rubio Camín decidieron, desde la barra de algún bar madrileño, juntarse. No hacen ninguna proclama, tan solo van como grupo invitado a una exposición en el Salón Internacional de Tarrasa en 1963. A partir de ahí, Masats se dedica más al mundo del cine, se le unen fotógrafos como Sigfrido Monleón, también presente en la exposición, y poco a poco se va disolviendo un grupo que casi ni existió como tal, pero aglutinó a parte de una generación que renovaría y llevaría la fotografía española a la modernidad. Tan poco y tan importante.

En esta exposición, comisariada por José María Parreño, el visitante puede atisbar como ya nada sería lo mismo. El grupo nace en una situación donde prima y reina la fotografía de salón y paisajista. Sus componentes apuestan por primera vez en España por una fotografía subjetiva, con Otto Steiner siempre en la cabeza, se abren a la fotografía abstracta como Camín o fotografían la realidad que los circunda como Ontañón y Cantero, dejándose influenciar por el neorrealismo italiano.

Creen, y luchan por ello, que la fotografía no es más que la proyección de la interioridad en lo mirado. Ontañón hace pocos años decía que La Palangana fue un “invento que nunca sirvió para nada más que para tomarnos unas cañas con los amigos”. Más tarde se comenzaría a hablar de la Escuela de Madrid, surgirían otros grupos como El Grifo, El Candil o La Colmena… Pero en esta exposición, el visitante tiene la sensación de poder contemplar el fruto de una primigenia rebelión artística donde cada clic de la máquina era una puesta en duda del país, una apuesta poética, una revuelta. Benditas cañas madrileñas.

Círculo de Bellas Artes - Fundación Banco Santander / Sala Goya. Del 4 de junio al 31 de agosto.

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