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Mas relativiza el segundo puesto y dice que el proceso sigue adelante

El presidente califica el resultado de “meritorio” por el desgaste asumido

Àngels Piñol

Convergència i Unió relativizó anoche la victoria de Esquerra Republicana y puso en valor que el conjunto de los partidos soberanistas ganan terreno pese a que la formación de Artur Mas perdió casi un punto de porcentaje de voto —pasa del 22,44% frente el 21,86%— respecto a 2009. Los nacionalistas encajaron con fastidio como su socio ganaba anoche por primera vez unas elecciones en Cataluña superándoles en dos puntos. Pero fue casi una derrota dulce porque permite a CiU mantener su representación de tres escaños frente a los dos diputados de ERC, que se estrenaba sola en estos comicios. Y por algo más: porque, a su juicio, el proceso soberanista sale reforzado.

Las imágenes de la victoria de los republicanos fueron recibida inicialmente en la sede de CiU con aplausos y gritos de “¡independencia, independencia!”. Con caras de circunstancias, la cúpula de CiU apareció en el salón del hotel Majestic, que se fue animando tras una lánguida anoche, para reconfortarse por el escrutinio final y, especialmente, por la confirmación del tercer escaño, del democristiano Francesc Gambús, que temían perder.

Aclamado como presidente, Mas puso en valor el resultado de CiU que, dijo, logró 107.000 votos más que hace cinco años (441.000 votos y ahora 548.000). “No hemos logrado ser primeros pero tampoco en 2009 cuando nos quedamos a 12 puntos [del PSC]. Pero tiene un mérito razonable porque nos comemos todos los marrones”, subrayó Mas en alusión a que CiU, como partido de gobierno, acusa en solitario el desgaste de los recortes.

La dirección nacionalista ya temía este sorpasso y sus estrategas maquillaron una derrota que ya anticipaban los sondeos. Mas destacó varias razones para ver la botella media llena: el aumento de la participación en casi diez puntos en Cataluña, superando en dos la media española, y la mejora de los partidos que apoyan el referéndum. “Es un mensaje potente para Madrid y Bruselas. No es una obsesión que queramos votar. Teniendo en cuenta el resultado, todo va adelante. ¡Ni un paso atrás!”, exclamó Mas, que fue jaleado entonces con gritos de “independencia” mientras Josep Antoni Duran Lleida, que casi no ha participado en la campaña aquejado de un pinzamiento en la espalda, no podía evitar cierta cara de póquer.

Mas quiso aparcar su mensaje de campaña cuando avisó que una derrota de CiU debilitaría el proceso y prefirió felicitar a Esquerra y dar la hoja soberanista por asentada. Con todo, no pudo evitar dar un doble estirón de orejas al partido de Oriol Junqueras: primero, por tener que comerse en solitario los marrones y por no haber querido formar una lista conjunta. “Habríamos tenido mayoría absoluta”, reprochó. Desde las europeas de 2009, que ganó el PSC, CiU había encadenado una racha de victorias en las que completó un ciclo electoral —venció en las autonómicas de 2010 y las municipales y generales de 2011— que coronó con los amargos resultados de 2012 cuando Mas avanzó las elecciones tras la multitudinaria manifestación de la Diada. CiU ganó pero pagó un precio elevadísimo porque se dejó por el camino 12 escaños. Desde entonces, ERC aparecía como vencedora en todos los sondeos y la tendencia se ratificó ayer.

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