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La Guardia Urbana frena a los vecinos en la Fabra i Coats

Una marcha no logra ocupar parte de la antigua fábrica, reclamada por la plataforma La Harmonia El Ayuntamiento ha dado el espacio a 19 pequeñas entidades en contra de las peticiones del barrio

Agentes de la Guardia Urbana impiden el acceso de los vecinos a la Fabra i Coats.
Agentes de la Guardia Urbana impiden el acceso de los vecinos a la Fabra i Coats.gianluca battista

Sant Andreu logró ayer juntar a la mayoría de colectivos del barrio, desde las parroquias hasta los anarquistas, pasando por las asociaciones de vecinos, los Yayoflautas y las AMPA de los colegios. El objetivo era entrar en la antigua fábrica Fabra i Coats y entregársela a La Harmonia, una plataforma de entidades que desde hace ocho años aspira a gestionar una de sus naves para dinamizar el barrio.

Pero el intento quedó frustrado por la presencia de agentes de la Guardia Urbana, antidisturbios incluidos, que se desplegaron en la puerta de la fábrica para frenar al millar de vecinos que reclamaban a gritos que se abriera la puerta. Los responsables del distrito, con el concejal Raimond Blasi (UDC) al frente, habían cambiado la cerradura, conscientes de que los manifestantes tenían una llave. La puerta no se abrió. “Quizás no será hoy, pero entraremos”, advirtió Xavier Serrà, uno de los portavoces de La Harmonia. Esta semana, Blasi anunció que la gestión del Casal quedaría en manos del propio ayuntamiento y enumeró una lista de 19 entidades —entre ellas una dedicada al cultivo de orquídeas y otra a los deportes de playa— entre las que no figuraba La Harmonia.

Familias enteras que acudieron a apoyar la iniciativa de la entidad recorrieron las principales calles del barrio bailando y cantando en un ambiente que, salvo en el fallido intento de entrada, fue festivo y alegre. Cuando el grupo llegó a la puerta de la Fabra i Coats, Serrà intentó negociar con la Guardia Urbana. Al momento, llegaron miembros antidisturbios del cuerpo. “A mí me han roto un diente”, denunció uno de los Yayoflautas. Cuando se fueron los agentes, Xavi Serrà improvisó una rueda de prensa y declaró que la actitud de Blasi es inadmisible porque “hacer oídos sordos no es justo para los ciudadanos del barrio”.

La puerta de la fábrica no pudo abrirse, pero la protesta ha abierto una gran brecha en Sant Andreu, en la víspera de las elecciones europeas y a un año de las municipales. Los representantes del colectivo se reunirán el miércoles con el alcalde de Barcelona, Xavier Trias, para intentar frenar un conflicto que inicialmente era menor pero que cada día crece en tamaño y que ya ha logrado implicar a colectivos de otros barrios.

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